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sábado, 25 de julio de 2015

Dejar Ser a otros


Heavenletter # 5351 Publicada el 19 de julio 2015




Dios dijo:



Querido, retomando el tema de la evolución, me gustaría añadir que si conoces a alguien y eliges casarte, no trates de cambiar a esa persona, más bien ‘déjala Ser ella misma’.
Querido, retomando el tema de la evolución, me gustaría añadir que si conoces a alguien y eliges casarte, no trates de cambiar a esa persona, más bien ‘déjala Ser ella misma’.

Si adoras a alguien al punto de decidir compartir tu vida, no pretendas reformar a tu pareja en áreas que no son lo tuyo.

Esto no solo desgastará la relación, sino que te consumirá mucho tiempo y Energía rehacer los métodos que se adapten a la proporción del cambio que quieres.

Tus deseos de convertir a tu pareja en otra persona pueden hacerles doler el corazón a ambos y, sin importar las buenas intenciones de tus propósitos, estás negando a ese Ser amado.

Las pretensiones de cambiar a otro para amoldarlo a las propias preferencias encierran mucha presunción, especialmente si ese alguien es querido.

En cierta forma se pretende modificar la naturaleza misma del Ser personal.

Tratar de cambiar la Esencia de un Ser es invadir el núcleo de esa persona e interferir con sus cuestiones de la vida.

Este es el meollo de muchos aspectos conflictivos en la vida de una gran mayoría.

Cuando alguien es de una manera, él o ella no serán de otra, ya que cada persona viene a este mundo con ciertas inclinaciones que le pertenecen a sí misma, no a los demás.

En realidad, la gente cambia sin necesidad de forzarla y sin tratar de acelerar una variación en su personalidad.

En la vida, cada cual debe aprender lo que es o no de su propia jurisdicción.

Cuando alguien se decide por un cambio de apariencia externa total va un centro especializado y si es interno, busca dentro de sí mismo las herramientas necesarias que se lo posibiliten.

Cada Ser ingresa en la vida de la Tierra con sus predilecciones que se ajustan a sus propios ritmos, sin importar si son rápidos, lentos, personales, comunitarios, gregarios y más.

Los amigos y seres queridos son dueños de experimentar sus vidas según sus propias decisiones.

En el intento de nutrir el propio ego,  a nadie la pertenece la vida de los demás, como para pretender ejercer un total derecho de poseer, dirigir y forzar su voluntad.

La naturaleza básica de cualquiera, tiene que desarrollarse sola, para que pueda fluir en su propia vida, sin importar las equivocaciones y cambios de rumbos, aciertos y aproximaciones.

Ningún Ser humano tiene la potestad de cambiar a los demás y por más que entre Uds. haya diferencias, todos están hechos a Mi Imagen y Semejanza.

Pero en los términos de todo el mundo, casi todos piensan que necesitan saltar este principio, sin importar que a veces paguen un altísimo precio, en el afán de modificar la naturaleza de un prójimo.

Amados Hijos, considerando que Yo, Dios, los dejo Ser Uds. mismos, puedo decir que las pretensiones de cambiar a otros, en sí mismas, encierran una naturaleza egoica inaceptable para cualquier persona.






Dejar Ser a otros



Querido, 

¿En qué te basas para garantizar que tu pareja no es una persona perfecta?
¿Qué te garantiza que tú lo seas?

Los estándares de la conciencia social no son iguales para nadie, por esto, si elegiste compartir tu vida con otra persona, debes permitir que ambos crezcan participando en sus respectivas existencias.

La intención de modificar al otro puede bloquearle el crecimiento, e incluso, crear problemas por ahondar diferencias como si ambos vinieran de distintos planetas.

Antes de intentar siquiera elaborar una estrategia que te permita cambiar a otro Ser, piensa cual es la raíz de tu falta de aceptación a sus diferencias y porqué quieres faltarle el respeto.

Cariño, no te quedes perplejo y respóndete también, dónde está la dificultad para ‘dejar ser al otro’ según sus propios anhelos y por qué no te resulta fácil cumplir con sus deseos.

Piensa que no es necesario crear un campo de batalla de por vida, por algunas cuestiones que no valen la pena posicionar en primera fila, ya que su costo es altísimo.

Cada cual tiene sus preferencias respecto a comida, ropa, amigos, trabajos, recreaciones, actividades compartidas y personales y otros tantos aspectos comunes al mundo relativo.

Si amas a otra persona y decidiste compartir tu vida con ella, sólo ten cuidado de no pisarle los talones en el afán de imponer tu voluntad.

La libertad de los demás es fundamental en todos los vínculos que se crean, ya que la complacencia tanto de una, como de otra parte, es difícil de mantener sin importar lo mucho que se amen.

Los gustos de los demás son tan valiosos como los propios, por lo tanto, la satisfacción personal y ajena no puede quedar sujeta al rebasamiento de límites, por el simple hecho de complacer a los demás.

El agrado y desagrado es otra falsa creencia del mundo relativo, que sirve para esclavizar la mente e impedir que todos sean.

Nadie está en condiciones de afirmar que es lo mejor o peor para otros.

Las decisiones pertenecen a cada persona y cuando se dice amar, la entrega de esta Energía implica la capacidad de dar a cada uno sin ningún tipo de pretensiones que intente modificar la Esencia de un Ser.

Cariño, la vida te pone a prueba todos los días, como una posibilidad para que compruebes lo valioso de tu propia existencia siendo tú mismo, ya que lo contrario te dificultaría el Camino.

Tú no quieres experimentar una existencia combativa ni en las más pequeñas cosas, entonces piensa en el gran esfuerzo que te demanda tratar de cambiar a otro.

Con seguridad pagas un alto precio, más si la otra persona esgrime sus derechos y cuestiona tu autoridad para exigirle un cambio.

En esto también hay que tener cuidado respecto a los propios hijos cuando hacen sus elecciones.

Amados Hijos, dejen ser a otros, si quieren sirvan de guía y apoyo basándose en el Amor, pero no pretendan hacerse cargo de sus vidas como si fueran las propias.


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