Saúl por John Smallman
El despertar de la
humanidad ha sido divinamente prometido y está a la mano.
Nada puede evitarlo, porque no solo es la Voluntad de Dios que siempre se lleva a cabo, sino que
ahora es también la voluntad colectiva de la humanidad.
Se les otorgó libre
albedrío y su voluntad siempre es honrada.