Heavenletter # 5351 Publicada el 19 de julio 2015
Dios dijo:
Querido,
retomando el tema de la evolución, me gustaría añadir que si conoces a alguien
y eliges casarte, no trates de cambiar a esa persona, más bien ‘déjala Ser
ella misma’.
Si adoras a alguien al
punto de decidir compartir tu vida, no pretendas reformar a tu pareja en áreas
que no son lo tuyo.
Esto no solo desgastará la relación, sino que te
consumirá mucho tiempo y Energía
rehacer los métodos que se adapten a la proporción del cambio que quieres.
Tus deseos de convertir
a tu pareja en otra persona pueden hacerles doler el corazón a ambos y, sin
importar las buenas intenciones de tus propósitos, estás negando a ese Ser amado.
Las pretensiones de cambiar a otro para amoldarlo a las propias
preferencias encierran mucha presunción, especialmente si ese alguien es querido.
En cierta forma se
pretende modificar la naturaleza misma del Ser personal.
Tratar de cambiar la Esencia de un Ser es invadir el núcleo
de esa persona e interferir con sus cuestiones de la vida.
Este es el meollo de muchos
aspectos conflictivos en la vida de una gran mayoría.
Cuando alguien es de una
manera, él o ella no serán de otra, ya que cada persona viene a este mundo con ciertas
inclinaciones que le pertenecen a sí misma, no a los demás.
En realidad, la gente
cambia sin necesidad de forzarla y sin tratar de acelerar una variación en su
personalidad.
En la vida, cada cual
debe aprender lo que es o no de su propia jurisdicción.
Cuando alguien se decide
por un cambio de apariencia externa total va un centro especializado y si es
interno, busca dentro de sí mismo las herramientas necesarias que se lo
posibiliten.
Cada Ser ingresa en la vida de la Tierra con
sus predilecciones que se ajustan a sus propios ritmos, sin importar si son
rápidos, lentos, personales, comunitarios, gregarios y más.
Los amigos y seres
queridos son dueños de experimentar sus vidas según sus propias decisiones.
En el intento de nutrir el propio ego, a nadie la pertenece la
vida de los demás, como para pretender ejercer un total derecho de poseer, dirigir y forzar su voluntad.
La naturaleza básica de cualquiera, tiene que desarrollarse sola, para que pueda fluir en su propia vida, sin
importar las equivocaciones y cambios de rumbos, aciertos y aproximaciones.
Ningún Ser humano tiene
la potestad de cambiar a los demás y por más que entre Uds. haya diferencias, todos
están hechos a Mi Imagen y Semejanza.
Pero en los términos de
todo el mundo, casi todos piensan que necesitan saltar este principio, sin
importar que a veces paguen un altísimo precio, en el afán de modificar la
naturaleza de un prójimo.
Amados
Hijos, considerando que Yo, Dios, los dejo Ser Uds. mismos, puedo decir que las
pretensiones de cambiar a otros, en sí mismas, encierran una
naturaleza egoica inaceptable para cualquier persona.
Dejar Ser a otros
Querido,
¿En qué te basas para garantizar que tu pareja no es una persona perfecta?
¿Qué te garantiza que tú lo seas?
Los estándares de la
conciencia social no son iguales para nadie, por esto, si elegiste compartir tu
vida con otra persona, debes permitir que ambos crezcan participando en sus
respectivas existencias.
La intención de
modificar al otro puede bloquearle el crecimiento, e incluso, crear problemas
por ahondar diferencias como si ambos vinieran de distintos planetas.
Antes de intentar
siquiera elaborar una estrategia que te permita cambiar a otro Ser, piensa cual es la raíz de tu falta de
aceptación a sus diferencias y porqué quieres faltarle el respeto.
Cariño, no te quedes perplejo y respóndete también, dónde está la dificultad para ‘dejar ser al otro’ según sus propios anhelos y por qué no te resulta fácil cumplir con sus deseos.
Piensa que no es
necesario crear un campo de batalla de por vida, por algunas cuestiones que no
valen la pena posicionar en primera fila, ya que su costo es altísimo.
Cada cual tiene sus
preferencias respecto a comida, ropa, amigos, trabajos, recreaciones,
actividades compartidas y personales y otros tantos aspectos comunes al mundo
relativo.
Si amas a otra persona y
decidiste compartir tu vida con ella, sólo ten cuidado de no pisarle los talones
en el afán de imponer tu voluntad.
La libertad de los demás
es fundamental en todos los vínculos que se crean, ya que la complacencia tanto
de una, como de otra parte, es difícil de mantener sin importar lo mucho que se
amen.
Los gustos de los demás
son tan valiosos como los propios, por lo tanto, la satisfacción personal y
ajena no puede quedar sujeta al rebasamiento de límites, por el simple hecho de
complacer a los demás.
El agrado y desagrado es
otra falsa creencia del mundo relativo, que sirve para esclavizar la mente e impedir que todos sean.
Nadie está en
condiciones de afirmar que es lo mejor o peor para otros.
Las decisiones
pertenecen a cada persona y cuando se dice amar, la entrega de esta Energía implica la capacidad de dar a cada uno sin ningún tipo de
pretensiones que intente modificar la Esencia de un Ser.
Cariño, la vida te pone a prueba todos los días, como una posibilidad para que compruebes lo valioso de tu propia existencia siendo tú mismo, ya que lo contrario te dificultaría el Camino.
Tú no quieres experimentar
una existencia combativa ni en las más pequeñas cosas, entonces piensa en el gran
esfuerzo que te demanda tratar de cambiar a otro.
Con seguridad pagas un
alto precio, más si la otra persona esgrime sus derechos y cuestiona tu
autoridad para exigirle un cambio.
En esto también hay que
tener cuidado respecto a los propios hijos cuando hacen sus
elecciones.
Amados
Hijos, dejen ser a otros, si quieren sirvan de guía y apoyo basándose en el Amor,
pero no pretendan hacerse cargo de sus vidas como si fueran las propias.
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