Heavenletter # 4986 Publicada el 20 de julio 2014
Dios dijo:
Querido, dame tus
cargas, pásamelas a Mí.
¿Por
qué no lo haces? Mis hombros son anchos.
Tus lastres Conmigo no
pesan nada, en realidad, eso es lo que valen, nada.
De hecho, pueden pesar
mucho para ti, sin embargo, a Mí no me abruman.
Las cargas son pesadas
debido a tu percepción, pero no significan nada en absoluto.
Independientemente de lo
que el mundo diga al respecto, tu percepción está desalineada.
En el mundo el lastre no
es deseable, no es un símbolo de estatus.
Amados, entréguenme sus
cargas, que las lavaré y dejaré inmaculadas.
Opresión de las cargas
En esencia, las cargas les
provocan a todos, una sensación de pérdida pasada, presente o futura.
Aquí la conveniencia de
desarrollar el sentido del Amor.
Por supuesto que el Amor
que aludo, no incluye carga de ningún tipo.
El sentido del Amor del
que hablo, es de una naturaleza neutral.
Da testimonio mientras fluye, navega y sube, sin esclavizar, absorber, aprisionar, ni exigir nada.
Uds. se autoimponen cargas
que luego les exigen muchas cosas.
Les coarta la libre expresión
y flujo del Ser Individual.
Les exige que
sacrifiquen la virtud, con demostraciones de sufrimiento.
Sus cargas los oprimen, sin
embargo, las justifican y creen que son reales.
Amados ¿porqué respaldan sus cargas en todo
momento, lugar y circunstancia, sin importarles o buscar lo que realmente les significan?
Eliminar el lastre
Voy a darles un ejemplo
sobre sus percepciones al respecto, cómo el alejamiento o muerte de un ser
querido que los hace sentir un enorme vacío interior.
Con el fin de ocupar ese
vacío, lo llenan con tristeza y dolor que, en definitiva, expresan más de lo
que en realidad es.
De esta forma, el peso
del lastre los hace arrodillar y la angustia los oprime hasta que se rinden.
Queridos, ¿porque permiten que el lastre aumente de
peso?
Las cargas son como un
chal que se ponen sobre sí mismos, para ocultarse del Amor.
El duelo no es Amor, el
desconsuelo significa untar con un exceso de lubricante al Amor.
El Amor libera, mientras
que las cargas se adhieren y atosigan
cada vez más.
Amados, eliminen las
cargas para que no lastren con el peso del pasado, ni pierdan el tiempo en cuestiones
que los dañan.
Penitencias
En la pérdida o derrota,
de alguna manera, te sientes culpable y cuando no hay nadie a quien
responsabilizar, lo haces con la vida.
A pesar de lo impotente
que puedas sentirte por la pérdida de un ser querido, aunque no siga a tu
lado, igual puedes ejercitar el Amor.
Experimenta el Amor sin la
carga de la represalia, resarcimiento o como una compensación por la ausencia.
En última
instancia te significará que, por cada momento de Alegría, te autoimpongas penitencias
en igual proporción.
Las represalias contra
ti mismo son contrarias al Amor, castigan tu corazón por haber presumido que se
podía amar.
Esto continuará incluso
después que el Amor haya desaparecido de tu vista.
¿No
es esta la verdadera historia?
Querido, alégrate que un
ser querido haya regresado a casa Conmigo.
Amados, ¿Van a llorar porque la vida o la llamada
muerte, supuestamente los ha burlado, robado o negado sus peticiones?
Una rosa salvaje
Las cargas son
egocéntricas, parten desde ti mismo y no desde el Amor a un ser querido.
Cuando te quejas, las acciones
consecuentes son como un cuchillo o cuña que te pones en tu hermoso corazón para
negar su existencia y las ganas de vivir que el Buen Dios te ha dado.
No dejes que un ser
querido te sirva de excusa para el autoexceso o autoexaltación de dolor.
Desestima las cargas a
partir de ahora, para permitir que un ser querido sea un manto de sinceridad que
abra tu corazón y lo renueve.
No es necesario que
interrumpas el Amor con el que abrazas al mundo.
Tú eres mucho más que un
icono del Amor, eres el Amor.
Tú eres un corazón que
late y ama, entonces no utilices tu Amor como una excusa para estar de luto.
Emplea el Amor para
animar y alegrar a tu corazón, no para romperlo.
Tú no eres como un animal
de carga que es quebrado en la sumisión.
Permite que tu corazón
sea una rosa salvaje para que siga subiendo constantemente hasta el Sol y él se
recree con ella.
Una rosa salvaje no
sufre, un rosal silvestre se eleva a las alturas y continúa subiendo en la
expansión del Amor.
El Amor no está para abatirte,
sino para elevarte.
Amados, la intención del
Verdadero Amor no es la suplica, sino la de amar con Inmensidad.
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