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sábado, 12 de julio de 2014

¿Qué hay que temer?

Heavenletter # 4972 Publicada el 06 de julio 2014



Dios dijo:



Querido, por un lado me das las gracias por todas mis bendiciones y por el otro te recubres de acero porque tienes miedo de la vida y la muerte.
Querido, por un lado me das las gracias por todas mis bendiciones y por el otro te recubres de acero porque tienes miedo de la vida y la muerte.

Cuando haces esto, tus gracias quedan sólo en el intento.

El supuesto fortalecimiento con el que te proteges, está basado en preocupaciones y lo único que consigues es endurecer tu corazón.

Ahora Yo te pregunto ¿Qué es lo que te preocupa tanto?, ¿Te intranquiliza la idea de la muerte?



Preocupaciones



Las preocupaciones no son buenas para ti.

Has aprendido muy bien las lecciones del mundo sobre la preocupación, al punto que te afliges por este o aquel síntoma.

Los pensamientos negativos de tu mente, son los que gestan las enfermedades en tu cuerpo físico.

Aunque, para ser sinceros, la idea no te habría surgido, si nunca hubieras oído hablar de las enfermedades.

Los pensamientos de enfermedad se han convertido en una epidemia.

La enfermedad es un pensamiento recogido y aprendido por Uds.

No dejes que se acerque a ti, incluso si te la han diagnosticado.

Por qué no haces algo mejor, encuentra la manera de concentrarte en otros aspectos de la vida o sobre cómo corregir los desvaríos del ego.

Amados, recuerden que no pende sobre Uds. una sentencia de muerte.



Leyes Superiores



La muerte no existe, por más que el cuerpo lo haga en algún momento.

El cuerpo es un revestimiento que les sirve para esta realidad y que cae en desuso para el cumplimiento de las Leyes Superiores.

¿Cómo y cuándo dejarás tu cuerpo te tiene perplejo?

No poder determinar la fecha de caducidad de tu cuerpo te resulta desconcertante.

Lo que llaman muerte es algo muy común, sin embargo, no lo pueden configurar con un reloj.

Tal vez sea eso lo que te preocupa, no poder usar un reloj para emplear el tiempo en la medición. 

Amados, desajusten el temporizador, para que no le dediquen tanta atención a la tan mentada muerte.



Mediciones predictivas



No gasten tiempo para medir el concepto de muerte.

Queridos, no desperdicien su tiempo en estadísticas predictivas sobre la edad o expectativas de vida.

Empleen mejor sus vidas y aléjense de las cifras de probables supuestos para cada época del año.

¿Les sirve de algo una medición sobre la incidencia de la gripe, por ejemplo?

¿Qué sentido tiene traer a la palestra la gripe?

Amados, dejen de honrar lo inapreciable, denle la bienvenida a la Verdad y alójenla en sus corazones.

Todo lo demás se deslizará por la misma improponderancia que lo hará perder equilibrio.



Pensamientos y creencias limitantes



Queridos, renuncien a toda la palabrería del mundo, sus descripciones y posibles curas, que sólo les retroalimenta el ego.

Liberen su tiempo, pensamientos y el corazón de lo que llaman enfermedad o trastornos.

Dejen de lado el apego a las penurias y el sufrimiento.

Dejen de lado a los pensamientos dolorosos.

Dejen de lado la idea de un karma punitivo, salvo aquel que piensen cómo agradable y les guste.

Libérense de los patrones de pensamientos y creencias sin sentido, incluso sobre posibles represalias y/o culpa.

Todos se merecen tener bienestar y buena salud.

Dejen de considerar a la enfermedad cómo un demérito, no se acosen con el sentido de indignidad.

Dejen de apostar contra sí mismos, porque nadie los está apuntando con una pistola.

Amados, nadie les disparará a quemarropa con una fórmula milagrosa, salvo que sean Uds. mismos quienes recojan las casualidades, el azar y las probabilidades sueltas por el mundo.



Hipótesis de la ilusión



Yo les garantizo que todas mis bendiciones no son hipotéticas y están en contra de la enfermedad.

Veámoslo de la siguiente forma:

Si no hubiera profesionales que les diagnostiquen las afecciones o padecimientos, ¿existirían las enfermedades?

Si no existieran los laboratorios farmacéuticos, ¿habría recetas?

No me malentiendan, con esto no quiero culpar a nadie de nada, ni aún por la enfermedad.

Si no existiera el miedo, ¿habría algo que temer?

Amados, la enfermedad es una fantasía y no significa precisamente un sueño anhelado por Uds., o ¿me equivoco?.



Inoculación mental



Sin lugar a dudas, podrían estar libres de enfermedades, si por un instante pudieran librarse de los pensamientos que las gestan.

Queridos, los pensamientos son muy poderosos, más de lo que creen y quieren ver.

Cuando le dan preponderancia a los pensamientos de enfermedades, se las provocan a sí mismos.

Con cada vacuna que incorporan en sus cuerpos, se inoculan mentalmente al aceptar el concepto de enfermedad.

No inviertan capital mental y espiritual en acciones que los hagan aceptar la enfermedad.

No le otorguen a la enfermedad atributos que la privilegien.

Amados, no le den credibilidad a la enfermedad invitándola a sus mentes, así se trate de un resfriado.



Poder de Dios



Para el caso que la enfermedad ponga sus garras sobre Uds., elimínenlas con el Poder de Dios, investido dentro de sí mismos.

Suéltense de sus garras, porque son producto de la mente y no tienen que inclinarse ante ellas.

Si la eliminación de la enfermedad no parece funcionar, busquen erradicar su dominio de alguna otra forma.

No se aferren a la enfermedad, no desconozcan el Poder que tienen y es su derecho de nacimiento.

Hijos Míos, accedan a su Verdadero Estado de Conciencia del Ser, para que puedan creer en sí mismos y en Mí, más de lo que lo hacen con la enfermedad.

Amados, lo que denominan muerte, concluye con el cuerpo, sin embargo no debe ser llevado para el provecho e incautación de una enfermedad.



¿Qué hay que temer?



El acto de morir o el proceso de la muerte son percibidos por Uds. cómo una ofensa, casi como una violación vergonzosa.

Hijos Míos, la muerte no es ninguna deshonra, es una circunstancia que acompaña a su pasaje por la Tierra.

La Vida no le es quitada, erradiquen la idea de delito por el desprendimiento de sus cuerpos.

Queridos, Uds. son invencibles, no le den al cuerpo tanta trascendencia.

Sólo el ego hace que el cuerpo esté estrechamente ligado a Uds., sin embargo, no olviden que son Almas, son Esencia Espiritual.

Amados, ¿qué hay que temer?

El ego puede ser quitado, mientras que el Ser Espiritual nunca podrá ser eliminado.

Yo no puedo Ser separado de Uds.,  no existe nada que pueda erradicarme de la Esencia de sus corazones.


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