Heavenletter # 5297 Publicada el 27 de mayo 2015
Dios dijo:
Querido, te escucho preguntarte ¿Dios y yo realmente podemos ser Uno?
Incluso tus pensamientos
incluyen algo así como esto:
“Dios, a veces cuando percibo que no estoy conectando Contigo, voy a Nuestro Lugar Sagrado a sentarme a tu lado para sentir tu Poder en mi corazón y hacer desaparecer toda la oscuridad del mundo que me invade.
Cuando tomo contacto con tu Poder en mi corazón la calma me inunda y, con suavidad, hace desparecer al instante toda la negatividad.
Hay algo en tu Esencia que barre con todo, de lado a lado, y me hace sentir una conexión estrecha con tu Ser y la Verdad que testimonia que Tú eres mi propio Ser.
En esos momentos mi pulso late expresando '¡Dios está aquí!, ¡Mi Dios está aquí!, ¡Dios y yo somos realmente Uno!, ¡No hay separación entre Nosotros!, ¡Estamos Juntos sin fisuras!’.
Querido Dios, te conviertes en mi propio Conocimiento y me significa que todo lo que me preocupa quede fuera de mi Camino.
¿Qué otra cosa puede haber salvo únicamente Tú?
¿Qué más puede estar en mí que no seas Tú?
¿Qué más puede atravesarme y mostrarme que solo Somos Tú y yo?
Tú Amado Dios, eres el Todo y la Nada, nada más existe en las profundidades de Mi Ser.
Yo te pertenezco, siento tus Latidos Divinos a través de las pulsaciones de mi corazón.
Tú estás incrustado en mí y cuando por escasos momentos me permito saber que Tú existes, me olvido de mí mismo.
Tú eres la salvación para mi dependencia del mundo exterior que, a la larga o a la corta, me parece decepcionante.
Tú, Dios, eclipsas las nubes del mundo, cuando me levantas, elevas y sostienes en la cima de la Infinitud del Ser.
Cuando Tú me elevas a tu Santa Gloria, por unos momentos, me siento completo en Ti, nada me falta o puede faltar, intercambiamos el Amor de Nuestros Corazones, porque eso es todo lo que hay.
Siento la seguridad de Tu Amor en mi interior, llena mi corazón y Mi Alma con Tu Energía.
Te transformas en la Dulzura del Amor y me colmas con su Abundancia.
Estas palabras son para hacer saber que Tú Plenitud me hace sentir que nada me falta.
No se cómo más expresar o transmitir el Amor con el que me ungiste, ya que Tú estás más allá de cualquier pensamiento e idea, Tú Eres Plenitud.
Tú Eres Totalidad para mi corazón, me envuelves con Dulzura, fluyes sin carencias a través mío y colmas mi existencia por completo.
Me has elevado a un pedestal del que nunca podré caer, me has dado el Milagro de Ser cómo Tú.
Reconozco que vuelvo a Tu Lado sólo cuando me pregunto dónde estás, porque me siento solo y desprotegido.
En cierts momentos, después de despotricar sobre tu abandono, me parece que estoy lejos de ti, aislado en la ordinariedad humana.
En esos días mido las punzadas de dolor y soledad como si se tratarán de un despojo de tu Amor.
¿Por qué, Dios, algunas veces siento que me abandonas?
No me siento capaz de realizar varias tareas a la vez en este mundo, no digo que Tú seas un cometido, pero aún no he aprendido a experimentar la vida en mi realidad sin excluir a mi pequeño yo.
Por más que Tú me estés abrazando en la Totalidad, no puedo evitar percibirme solo, siento que no puedo integrar mi totalidad Contigo, a menos que me recluya fuera de mi mente.
Todavía no sé cómo ser Dios y hombre al mismo tiempo, sin que el ego esté en medio de Nosotros Dos.
Me parece que no sé cómo Ser Uno Contigo mientras actúo en el mundo.
Mi permanencia en el mundo me significa mucho más dolor que Alegría.
Siento que me gustaría Ser solo Dios, aunque eso me signifique no poder participar en el mundo.
A veces me parece que tengo que elegir entre Tú y el mundo, porque en el exterior es como si ignorarán tu Existencia todo el tiempo.
Aunque reconozco que esto no puede ser cierto, Tú me has dicho que Nosotros, que Tú y yo Somos Uno.
¡Oh Dios, si yo pudiera ser más consciente de Nuestra Unidad!
¡Por favor, dime si puedo Ser consciente de Nuestra Unidad!
¡Amado Dios, por favor haz que mi corazón infiel se convierta total y permanentemente en Uno con el tuyo!”
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