Heavenletter # 5209 Publicada el 28 de febrero 2015
Dios dijo:
Querido, puedes amar la
soledad, pero no estás solo, permaneces Conmigo
y puedes llamarte Felicidad a ti mismo.
Podríamos decir que Conmigo descansas, no necesitas hablar,
nuestros diálogos no requieren de palabras.
Tú
y Yo nos comunicamos con la Energía de la Unidad.
El Amor es el medio que nos conecta en la Unidad.
La simplicidad de estar
como Uno Conmigo le otorga brillo y Felicidad a tu Ser.
Mientras permanecemos
Juntos, estás en Mi Luz, te mantienes
fuera del desfile incesante de los pensamientos de la mente y del ego.
El Fuego de Mi Amor en tu corazón, te preserva de los estímulos del
mundo y sus encantos.
Te mantienes fuera de
las influencias mundanales y sus incitaciones, evita que saborees la vida desde
los paradigmas de la Mátrix.
Permaneces alejado de
los ritos que te impulsan a sobresalir, competir y esforzarte sin un verdadero
gozo, cada vez que alcanzas un objetivo o buscas hacerlo.
Quedas excluido de las
incitaciones que te alientan a continuar en la carrera, para atrapar el premio
de una aceptación exterior que nunca consigues.
En cambio en la Unidad, disfrutas de todas las
direcciones e instancias, en completa Paz
y Amor.
Tú Alma está de fiesta, goza de la sencillez de Ser, sin antes o después.
A tu Alma
le significa sentirse completa e íntegra, sin las fragmentaciones del ego.
Cariño, disfrútame en el
aquí y ahora, piensa en Mí a medida
que avanzas en cada uno de tus presentes.
Hazlo, para que puedas
gozar con la liberación de las capas del pasado que te esclavizan.
Así es como podrás salir del apego que te impide “dejar ir” lo
que ya no te sirve.
A través de Nuestros Momentos, aprenderás a
disfrutar y apreciar a las mesetas en tus experiencias de vida.
Transformarás en Felicidad para ti mismo, a los paseos
salvajes de la vida, sin apegos.
Lo que es más, saldrás
de las categorizaciones para tus momentos, cómo buenos o malos, positivos o negativos,
alegres o tristes, para ingresar la Unicidad en tu vida.
Desde la Felicidad del Espíritu podrás, sin proponértelo, animar a los demás, para que experimenten sus vidas con Alegría, transformando al mundo en un
lugar feliz.
Hijos Míos, no necesitan
buscar a la Felicidad, está aquí,
ahora mismo, en sus corazones, no en sus mentes y si quieren, pueden otorgarse a sí mismos esta maravillosa Energía.
Llámate Felicidad a ti mismo
Querido, en el mundo se
dice que la “Felicidad Es”, cuando la
encuentras.
Sin embargo, la Felicidad no necesita de una ubicación,
ella Es donde tú estás.
La Felicidad no se pide, no se hace, si se piensa se pierde, queda
envuelta por las limitaciones de falsas expectativas.
La Felicidad es un don innato de
tu Ser, alcanzarla no te requiere de ningún esfuerzo.
Si para lograrla incluyes persecución, pierde el lugar natural que le dio el Universo.
La Felicidad es una cualidad vinculada con el Ser, no necesita de exámenes que la califiquen, ni gradúen sus
estados.
La Felicidad lleva implícitos al equilibrio, la Paz y el brillo del Ser.
La Felicidad en sí misma evoca a la presencia de la Luz, no es un bien que debas conseguir, por
eso cuando insistes apropiarte, se te escapa.
La Felicidad no es un desprendimiento del ego, es un don de la Luz.
No quiere ser la
estrella de un espectáculo, reconocimientos con medallas o las premiaciones
habituales del mundo.
La Felicidad brilla con Luz propia y para estar presente, sólo necesita
que la incorpores desde el interior del
Ser.
La Felicidad que te cuesta alcanzar es la externa, que:
Necesita de la mirada de los demás, pero que carece de la Verdadera Conciencia sobre ti mismo.
No es una cualidad, es una mercancía que te deja solo mientras transitas tu Camino.
Se alimenta del aprecio, los hitos gloriosos del placer, reconocimiento y demás melosidades del ego.
En cambio, la Felicidad interna:
No es una acción que debas perseguir, es un Estado del Ser.
Necesita de la compañía del Amor, Paz, Alegría y Gratitud, para ayudarte a participar en cada uno de tus momentos de la vida en la Tierra.
No se mantiene separada de la vida, va tomada de tu mano, en cada una de tus experiencias y momentos.
No puede ser dimensionada con parámetros que la limiten como pequeña o grande.
Sino como el gusto que le brinda sabor a la vida que experimentas.
No se mide, no es rápida o lenta, es una Energía que le confiere sentido a tu vida.
Tú
mismo eres quien ennobleces tu vida con Felicidad.
Sólo tú puedes revestirte del generoso don de la Felicidad.
La Felicidad está latente en tu interior, aflorará y te seguirá, si les das la bienvenida.
La Felicidad de Ser es uno de los desprendimientos de la Luz, es uno de tus socios silenciosos,
que te acompañan a todas partes y en todas tus vidas.
Hijos Míos, llámense Felicidad a sí mismos, conozcan a su propio Ser, para que hagan
emerger a esta Energía de la Luz y
los acompañe siempre en sus Caminos.
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