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Los Arcturianos – Suzanne Lie
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La realización
Véase antes partes I – II - III
…Al darme cuenta que
esta oscuridad me podía atacar sólo a través de mi propia oscuridad interior la batalla se desvaneció por un
momento, lo suficiente como para que yo me resguarde a mí mismo.
Sí, a mí mismo, para mí hubo
algo más que esta oscuridad, hubo Amor,
Sabiduría y Poder.
Poco a poco, mi mente
comenzó a rememorar todos los hermosos recuerdos de mi vida, que amaba desde la
Esencia de mi corazón.
A través de ese Amor, encontré el Poder y la Sabiduría para
amar también a la oscuridad.
Todas estas Energías comprendían a solo una parte de
mí, eran componentes de la protección
que yo siempre había tenido.
Entendía que necesitaba
explorar esa otra parte oscura que me pertenecía, para poder completar mi Ser.
Con el corazón abierto,
comencé a enviar Amor a todas las
entidades de enojo y terror que pretendían luchar conmigo.
Algunos de ellos se
apartaron de la Luz, pusieron mala
cara y se alejaron como una bestia salvaje que había perdido a su presa.
Otros abrazaron la Luz y se elevaron a las Dimensiones Superiores.
A medida que ascendían,
también lo hacía yo.
Por fin, me encontraba
en el Plano Astral Superior.
Todas las Hadas, Gnomos
y gente pequeña me dieron la bienvenida y me felicitaron por mi victoria.
Me condujeron a través
de los hermosos campos verdes del Alto
Plano Astral.
Por todas partes había Seres bellos que llevaban Auras primaverales.
Reconocí a algunos de
ellos y encontré a otros que no había conocido.
Continué en el Plano Mental.
Tuve la precaución de
guardar todos mis pensamientos y sentimientos, sabiendo que si me descuidaba,
se manifestarían inmediatamente ante mí.
Por último, me encontré
en el Portal del Plano Causal.
Todas mis vidas en el
planeta Tierra se apresuraron a reunirse conmigo, para recordarme que la Energía había regresado a mí.
Luego viajé en el Plano Espiritual y vi el momento de mi
individuación en la Creación.
Abracé a mi Mónada, la parte Eterna mía que es una mota de la Creación.
Luego me trasladé al Gran Vacío, todo estaba totalmente oscuro
y negro.
Busqué al Corredor de la Quinta Dimensión y por
fin lo encontré.
Cuando entré en el Pasadizo,
sentí como me apretujaba.
Vi la cara del Guardián del Umbral del Quinto Lugar y me tumbé en la hierba
alta y verde.
Me di cuenta que tenía
que descansar allí, dentro del “No-Tiempo”
y el “No-Espacio”, para reunirme conmigo mismo, antes de completar el resto
de mi viaje.
-“¿Por qué estaba tan cansado?”
-“¿Fue porque yo estaba haciendo este viaje solo, por primera vez?”
-“¿Por eso me sentí tan abrumadoramente solo?”
El Guardián sonrió ante mis preguntas y me llevó a un pequeño grupo de
Seres que estaban haciendo el mismo
viaje que yo.
Pude ver que unos
estaban en sus cuerpos de noche, algunos llegaron meditando igual que yo y otros
estaban en sus entrevidas y en el Proceso
de descubrir a sus Yo Superiores.
Sin embargo, incluso en
compañía de este grupo precioso, mi soledad no se desvaneció.
Me excusé del grupo y
comencé a pasear.
Vagar por los Planos Superiores es bastante diferente que
hacerlo en el plano físico, porque la
realidad cambia constantemente, de acuerdo a los propios pensamientos y
sentimientos.
Yo “sentía” el llamado de una presencia femenina, luego una mujer
encantadora vino hacia mí.
Ella me llevó a un
hermoso estanque con una cascada en el extremo opuesto.
Incluso entonces, mi
soledad no disminuyó, de hecho se
intensificó.
Mi Guía sonrió y me hizo señas con un movimiento, sin palabras, para
que busque en el estanque.
Cuando lo hice, vi algo
o a alguien, que parpadeaba un poco más allá de mi visión.
Tuve que seguirlo.
Sin pensarlo, me
zambullí en el estanque y nadé en busca de ese algo o alguien.
Desde la cascada me llamó y seguí
la llamada.
La piscina no era
profunda y había capas de roca sobre la cual aterrizaba el agua.
Descubrí que podía pararme
en estas rocas y caminar en línea recta hacia la cascada.
A medida que el agua mojaba
mi cara, mi visión se aclaró y vi, de pie delante de mí, a Mi Flama Gemela, Mi Complemento Divino.
Toda mi soledad
desapareció cuando nos abrazamos y fusionamos como uno solo.
-“¿Cómo podía haberte olvidado?”, exclamé llorando.
-“Yo no te he olvidado”, respondió ella, desde lo profundo de nuestro corazón.
Yo ya no estaba
solo, estaba completo.
Ahora estaba listo para
encontrar el Vórtice de Arcturus.
Yo estaba en sintonía
con mi Conciencia y la Red de Luz que me había mostrado hace mucho tiempo mi padre.
Sentí el Campo de Luz que reverbera alrededor y
dentro de mí.
Cuando centré mi
atención en el Tercer Ojo, vi a las
dos líneas verticales y a las dos líneas horizontales de Luz que se cruzan, formando un pequeño cuadro.
En respuesta a una
instrucción interna, me quedé profundamente en el espacio del medio.
En respuesta, comencé a
ver el Vórtice en la distancia y a lo
lejos.
A medida que me iba
acercando, el giro del Vórtice se
hizo más fuerte y encontré que me atraía hacia él.
El Vórtice se arremolinaba a mí alrededor, sobre mí, debajo de mí y a
través de mí.
Estaba dentro del Vórtice y sin embargo, estaba dentro de
mí.
Luego, en la distancia
del No-Espacio, vi la cara de mi
padre.
En el instante, me llené
de la euforia del reencuentro.
Nos abrazamos como
siempre en el Vórtice del No-Tiempo.
-Dijo “Querido hijo mío, estoy muy orgulloso de ti”.
-“Has venido hasta mí por tu cuenta”.
-“Te has convertido en un Ser completo”.
-“Me inclino ante tu logro”, cuando en realidad se inclinaba ante mí.
Mi padre no era de los que fácilmente dan elogios, sin embargo, tenía una actitud plena de humildad y honor.
Quería preguntarle sobre
mi hermano y hermanas, pero él hizo un gesto con la mano y me dijo:
-“Primero ven conmigo a Arcturus.”
-“Creo que todas tus preguntas serán contestadas allí.”
-“Acuérdate hijo mío de encender tu Merkaba.”
-“Veo que te acuerdas de los Dos Tetraedros Superpuestos que conforman una Estrella Multidimensional de Seis Puntas.”
Encontré mi Merkaba interna y, cuando entré en ella
con mi Conciencia, rodeó toda mi Ser.
En un instante estábamos
en Arcturus.
Mi hermano y hermanas
estaban allí para saludarme.
Nos abrazamos tan fuertemente,
que nos convertimos en un solo Ser.
Finalmente, mi padre nos
invitó a seguirlo al Templo de Iniciación.
Viajé a Arcturus es una Experiencia Multidimensional, concentré y unifiqué
todos mis pensamientos y sentimientos en este propósito.
Antes, mi padre siempre nos
rodeaba con su Energía para
mantenernos en la pista.
Pero ahora que habíamos
llegado a nuestra madurez, cada uno de nosotros, debió encontrar su propio Camino.
Tenía curiosidad por
escuchar las experiencias de mi hermano y hermanas, pero tenía que concentrarme
en el propósito de mi primer viaje en solitario a Arcturus.
El Templo de Iniciación se levantó lentamente ante nosotros.
Era hermoso más allá de
todas las palabras terrenales.
Nunca antes habíamos
sido llevados allí y todos estábamos sobrecogidos por su magnificencia.
Puertas de oro enormes se
abrieron para darnos la bienvenida, un camino brillante revestido de una
sustancia desconocida, nos mostró el trayecto.
Los padres arcturianos
de mi hermano y hermanas estaban esperando justo en la Puerta.
Nos saludaron a todos.
-“Esto es por su honor”, afirmaron a la vez, todos juntos.
Los cuatro juntos, como
Uno, seguimos la vía brillante hasta el Altar.
Un Gran Ser de Luz se sentó en un trono y nos
llamó para que avanzáramos hacia Él.
Cuando nos arrodillamos
delante de Él o Ella, colocó un Manto de Luz en cada una de nuestras
cabezas.
Al instante nuestras
vibraciones se aceleraron, la habitación se iluminó y el Gran Ser de Luz se retiró.
Cuando nos retiramos, no
hablamos lo que habíamos aprendido, ya que no se puede explicar con palabras a esta
experiencia.
Sin embargo, cuando salimos,
nos dimos cuenta que estábamos listos para regresar a la Tierra a completar nuestra misión.
De nuestro viaje habíamos
aprendido que teníamos que abrir un Portal
de Ascensión para los mayas que habían completado su servicio y estaban
listos para regresar a sus diversos Mundos
Galácticos de origen.
El tiempo del Poder maya estaba llegando a su fin.
Me parecía que había
transcurrido una eternidad, desde que había visto a los invasores en mis
sueños.
Cuando los invasores
fueran llegando, todo estaría perdido, a excepción de lo que estaba escondido o
guardado en los Códices.
Ya era hora que
regresáramos.
Regreso a la vida del Templo
Volvimos a la vida del
Templo, muchas preparaciones se tenían que hacer en la Tierra.
Cuando reanudamos nuestra
vida en el Templo, todo era diferente.
Nos habíamos enfrentado a
toda nuestra oscuridad interior y ampliado nuestra Conciencia más allá del alcance de cualquiera de los oscuros.
No manifestamos ninguna
negatividad hacia ellos, porque todo tiene un propósito.
Cada ciclo en la tercera dimensión debe llegar a su fin y
así fue con los mayas.
Nosotros no ignoramos,
ni confrontamos a los oscuros, porque al hacer frente a la oscuridad,
simplemente nos provocaría una alineación con ella y nos arrastraría.
Si alguien se atrevía a
interferir en nuestros esfuerzos, sencillamente anteponíamos nuestra vibración
más allá de lo que podían captar con su percepción de tercera dimensión.
El tiempo estaba cerca y
por fin estuvimos listos.
Con nuestra visión de
lejos, pudimos ver a los conquistadores que navegaban hacia nuestro Hogar Maya.
Pensé en Lenexa y mi
madre adoptiva, me pregunté si iban a escuchar la llamada silenciosa, para regresar
a casa con sus Seres Superiores.
Hopenakaniah y yo
estábamos para abrir el Portal.
Leatunika y Hegsteomen debían
mantener el Portal abierto y ser los últimos
en viajar a través de él.
Era su trabajo cerrar el
paso, tal como el nuestro era abrirlo.
Ninguno de nosotros
había hablado de nuestro tiempo en la ciudad con las terceras dimensionales.
Era el único secreto que
habíamos conservado.
Nunca supe cómo habían
viajado a Arcturus e incluso si habían tenido un momento tan difícil y
maravilloso en la ciudad, igual que el mío.
Creo que Hopenakaniah
también había encontrado el Amor, ya
que había algo en ella que la azotaba con ese acorde familiar del Amor perdido.
Finalmente, llegó el día
para nuestra ceremonia.
Habíamos practicado, una
y otra vez, nos sentíamos confiados en nuestros roles.
Habíamos enviado la
llamada en silencio, durante siete días y siete noches.
Era el más alto de los
días ceremoniales, así que los oscuros no sospecharon de nuestras
intenciones.
Nos pusimos nuestros
trajes ceremoniales y los cuatro subimos las trece escaleras hasta la más alta
cúspide de nuestra Pirámide más Sagrada.
Hopenakaniah y yo íbamos
adelante, mientras que Leatunika y Hegsteomen nos seguían.
Con cada escalera que
subimos, nuestra vibración se elevaba más y más, para cuando llegamos al Altar apenas podíamos mantenernos
anclados en nuestras formas tridimensionales.
Sentimos la confusión de
muchos de los oscuros, ya que desaparecimos de su visión.
Sin embargo, su orgullo
no les permitió admitir que ya no nos podían ver.
Hopenakaniah y yo
habíamos hecho el Amor muchas veces,
pero esta iba a ser diferente.
Esto no era para
nosotros mismos, sino para los mayas que habían despertado.
Comenzamos nuestro ritual,
mientras que los Sacerdotes que nos
rodeaban, corearon el nombre sagrado de nuestro Sol-Kein.
El canto se hizo más y
más fuerte, elevaron nuestras Energías
Espirituales Sexuales por nuestras
espinas, fusionaron nuestras Energías Masculinas
y Femeninas en una sola.
En el momento exacto que
los primeros rayos del Sol naciente
golpearon nuestro Altar, sacamos todas las Memorias de la Energía en nuestro corazón y se la rendimos a Kein.
Al instante, el Portal hacia la Quinta Dimensión se
abrió.
Cuando Hopenakaniah
abrió el Portal, una vez más, los
cuatro nos convertimos en dos equipos de dos.
Mientras que nuestro
hermano y hermana lo mantenían abierto, ayudamos a muchos a pasar a través del Portal.
Vi a muchas caras
conocidas del Templo y de mi vida en la ciudad.
Vi a Lenexa, embarazada
de mi hijo y a su familia, que ahora incluía a mi madre adoptiva.
Al pasar a través del Portal, cada uno de ellos se despojó de
sus formas tridimensionales y se
expandieron a sus verdaderos Cuerpos de
Luz.
El niño de Lenexa se
convirtió en un pequeño Ser de Luz que
se arrebujó cerca de su madre.
Sonreí y me di cuenta que,
efectivamente, Lenexa había sido la reencarnación de nuestra querida hermana
perdida.
Por fin, todo aquel que
pudo atender la llamada silenciosa, había pasado a través del Portal.
Mi hermano y hermana
entraron en el Vórtice y lo cerraron
detrás de ellos.
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