Heavenletter # 5062 Publicada el 04 de octubre 2014
Dios dijo:
Querido, serías feliz todos los días de tu vida si supieras lo
hermoso que eres.
Cualquier insatisfacción
que tienes en la vida, está basada en la valoración que haces de ti mismo.
Cuando algunas de las cosas
que ocurren a tu alrededor te irritan, debes saber que te enojas contigo mismo.
No busques fuera de ti
las causas, culpando a la vida o los demás, tal como te gusta creer.
Eres rápido para saltar
sobre alguien o algo más, inculpándolos como la raíz de tu cólera,
especialmente cuando te recuerdan tus propios sentimientos de insuficiencia.
No hay duda que siempre
en el mundo relativo, alguien u algo surgirá en un mal o buen momento.
Según sea el tipo de
ocasión podrá ofenderte o halagarte.
Sin embargo, no
necesitas ser tan duro contigo mismo.
Amados, ¿por qué se toman tan en serio la vida?
No necesitan hacerlo, en absoluto.
Baja autoestima
Querido, tienes una
imagen debilitada y herida de ti mismo.
Por eso es que cuando
alguien comete un error, esa equivocación equivale a derramar sal en tu herida.
Cuando reaccionas con enojo hacia los demás, estás diciendote:
“No me recuerden mi fragilidad humana nunca más, ni siquiera una vez más”.
Aquí está la razón por
la que el enojo arremete sobre ti, porque no toleras tu incapacidad para ser
perfecto.
No puedes tolerar tus
propios errores, por lo tanto, tampoco lo haces con los ajenos, cayendo en una
intolerancia permanente hacia las equivocaciones de cualquiera.
Cuanto más deseas la
perfección, tus reacciones serán automáticas cuando alguien, desde cualquier
dimensión, te recuerde tu imperfección.
Cuanto más imperfecto te
percibes a ti mismo, más enojado estarás con los demás.
Amados, le tomaron el
gusto a la creencia que son los demás quienes les causan dolor, cuando en
realidad son Uds. quienes se lesionan, porque se mantienen con una baja autoestima permanente.
Autocondena
Querido, en ocasiones,
parecería que los demás son como la banderilla roja que se sacude a un toro
para que acometa.
Cuando alguien no es
como te gustaría que sea, el ego te impulsa a querer sacudir a quien tienes
enfrente.
Una voz interior
enfurecida, te dicta que esa persona frente a ti, es un tirano que te juzga y
condena sin fundamentos.
La ofuscación que
experimentas, te hace sentir algo cómo que la otra persona penetra en tu mente
para conocer tus errores y sentenciarte.
Sientes que su presencia
contribuye a llamar tu atención sobre ti mismo.
En cierta medida escoges
un chivo expiatorio y luego lo trasladas a todo el mundo.
Amados, cuanto más se
juzgan a sí mismos, más culpables se encontrarán.
Suplica a Dios
Querido, luego te
diriges a Mí, en términos parecidos a los siguientes:
“Dios, me dirijo a ti una vez más, para pedirte que me liberes del auto-enjuiciamiento.
Me contestas que tanto a mí, como a todos tus demás hijos, nos amas profundamente.
Que Tú me ves desde una perspectiva superior a como me observo a mí mismo.
Aun así, pese a lo que me dices, esto parece no surtir efecto en mí.
Continúo anteponiendo a otros para crear una cortina de humo y no verme tal cual soy.
En toda esta confusión, cuando la neblina se despeja, veo que soy intolerante.
Ahora me dices que si pudiera romper esta barrera que me bloquea, podría conocer la Felicidad para siempre.
¡Oh Dios! Pese a mi desorden interior estoy dispuesto a hacerlo, pero me parece que no podré lograrlo solo.
Toma mi mano y guíame, líbrame por favor de mi propio disgusto para conmigo mismo.
Ayúdame a borrar esta imagen perpetua de insuficiencia de mi Ser.
Dios, necesito sacarla para poder encauzarme en el Amor”.
Amados, se que todos desean
hacer esto.
Valor de la Generosidad
Querido, con seguridad
te gustaría completar tu oración de la siguiente manera:
“Dios, llévame a las verdes praderas.
Esta sería la recompensa de un rey, me permitiría estar en Unidad Contigo.
Yo te otorgo toda mi vida en la Tierra, para ser libre de lo que inevitablemente me detiene en ella.
Quiero aceptación para mi vida en el mundo, sin ningún desprecio a mí mismo y los demás.
Por favor Dios, sustituye mi insatisfacción por tolerancia y beneplácito.
La insatisfacción me desmerece, anhelo la aceptación de mí mismo y por reflejo la de los demás, es lo único que vale para mí”.
Corazón, conozco tus tribulaciones, para que te sirva Mí Ayuda pregúntate a ti mismo:
“¿El acceso a la Iluminación es la aceptación de mí mismo?
¿De qué manera beneficio al mundo con mis aportes, si aumento la opinión e imagen de mi mismo?
¿Mi animosidad hacia los demás, es un perjuicio para el mundo?
¿Cómo beneficio a los demás si corto con lo que me encadena?
¿La Iluminación significa que debo dejar de censurarme y sentenciar a los demás, para ser una bendición?
¿Significa que si Yo Soy, todos en el mundo lo serán también?
¿Dios, esta es la forma que debo orientar a mi Ser?”
Cariño, efectivamente
debes empezar a buscar en tu interior los errores, para que dejes de exteriorizarlos.
Amados, saquen la viga
de sus ojos, depúrense a sí mismos, aprendan el “valor de la Generosidad”.
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