Heavenletter # 4836 Publicada el: 20 de febrero 2014
Dios dijo:
Cuando tu corazón anhele amor, da amor a
los demás.
Sin embargo no con desorden, sino tratando de llenar los corazones de
los demás.
Aunque tu amor no sea aceptado, igual debes darlo.
Se entiende que no estoy
hablando de jactancia, sino de sentir al amor en tu corazón cuando
lo des.
Dar amor significa sentirlo en el corazón y no es necesario que nadie sepa de dónde es exactamente ese amor que está recibiendo.
Compartir el amor
El amor está
aquí y por un momento has compartido tu amor, sin embargo lo anhelas.
Debes saber que cuando añoras
amor es a tu propio don el que deseas.
El anhelo de amor
incluye al deseo de dar amor desde tu corazón y, cuando lo hagas, no es necesario
que sea un asunto de público conocimiento, basta con que te guste.
Tu amor no tiene que ser correspondido, porque cuando el amor se da no es necesario el reconocimiento.
Simplemente, permite que
tu entrega de amor sea recibida por otro corazón.
Aunque suene
contradictorio, es cierto que, según donde caiga el amor, será
bien recibido o no.
Sin embargo, puedes depositar el amor de tu corazón donde quieras y cuando
quieras, ya que no hay ninguna ley que lo prohíba.
Disfrutar del amor
Dar amor es
encontrar un lugar donde dejarlo y a veces te pueden pedir amor de
nuevo, pero el amor no es una mercancía.
Tú siempre tienes más
para dar y así es como el amor se disfruta.
Tú no tomas posesión del
amor, ni cuando lo das, ni sobre el destinatario.
De la forma como brindes
una sonrisa, hará a la modalidad que des amor.
Tú no cuentas las
sonrisas que das, simplemente sonríes, porque cuando lo haces, las das y recibes.
No importa lo que las
motiva, el valor está en que sonrías.
Tampoco es necesario que
las cuentes, ni midas, porque una sonrisa es una sonrisa y el
amor es el amor.
No estoy hablando sobre el amor forzado, ya que el amor es libre y se da libremente, de lo contrario no es amor.
Cuando te fuerzas o fuerzas a otro a dar amor, no es amor, porque el amor es amor y es liberación.
Chispas de amor
Está analogía es para
ejemplificar que el amor simplemente
está ahí y se da:
- Considera a tu amor como una canoa en el agua, en un día con sol brillante.
- Cuando remas en tu canoa, todos los que están en la orilla te están viendo.
- Alguien que pueda estar a la distancia recibirá tu amor.
- Puede que cuando pases en la canoa, seas consciente de la presencia de esa o esas personas.
La luz brillante del sol
les llega por igual a ti y al otro.
Aunque estés remando, al
igual que las gotas de agua, las Chispas del amor te
salpicarán a ti y a los demás.
En el camino de tu amor, nadie es realmente un transeúnte, porque salpica en todas direcciones y a todo el mundo, inclusive cuando lo diriges a alguien en particular.
Recuperación del amor
Tal vez no te concentres en dar más amor, sin embargo podrías, con más frecuencia, enfocarte en recuperar amor.
¡Por supuesto que esto
sería maravilloso!
Lo maravilloso de todo
esto es que, al mismo tiempo que buscas recuperarlo, estás dando amor,
como si se tratara de una golosina.
Deja que tu amor caiga
en todo el mundo.
Posibilita que cada
pensamiento sea igual a la cantidad de amor
que hay en el mundo y que tienen que darse.
Por mucho amor que tengas
para dar, considera que tienes mil veces más, porque el valor es
infinito cuando lo das.
El depósito del amor
nunca se vacía, incluso cuando debes raspar en el interior para buscarlo.
Aunque rasques
cada vez que debas dar amor, el depósito continuará
repleto, ya que así es como eres un cumplidor del amor.
Puedes pensar que quieres recibir todo el amor del mundo, sin embargo,
Yo sólo quiero darte siempre más amor:
Aunque no te centres en dar amor,
Lo que des, sorprendentemente lo recuperarás.
Déjalo fluir, no lo guardes ni lo busques.
Simplemente, sigue dándolo.
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