Radhanath
Swami
La gratitud es una virtud divina tan importante, que prácticamente ninguna otra cualidad espiritual podría existir sin ella.
Mientras la espiritualidad crece como una semilla dentro del campo de nuestro corazón, el equilibrio de nuestro estilo de vida protege a esa simiente.
Regamos a esa semilla con nuestros servicios a los demás, porque incluyen expresiones de alabanza a Dios.
La gratitud fertiliza el terreno para que todas las otras virtudes produzcan un efecto real y potente.
Un terreno abonado con gratitud, permite que una
semilla tenga raíces profundas y crezca con mucha fuerza.
La gratitud es la búsqueda que
va más allá de las circunstancias inmediatas que vienen sobre cada uno de
nosotros, nos posibilita la captación real de la esencia de una situación.
En la búsqueda de la Esencia se encuentra la verdadera Sabiduría.
La naturaleza de cada situación nos permite sentir y encontrar una bella oportunidad de crecer, más si expresamos agradecimiento con independencia del resultado.
Debemos ser agradecidos por el éxito o el fracaso, el honor o el deshonor, la felicidad o la aflicción, la salud o la enfermedad, la victoria o la derrota, el calor o el frío, el placer o el dolor.
En última instancia, en cada situación está presente la oportunidad de encontrar refugio en el Poder Superior de Dios.
Dentro de este Amparo Divino nos encontramos con que la vida tiene tesoros inconcebibles en cada uno de sus momentos.
La exploración de la Esencia de las cosas es buscar la Mano de Dios en cada situación y esto nos significa ir al encuentro de la propia definición de éxito en nuestras perspectivas espirituales.
¿Qué es la gratitud?
La gratitud es una cualidad del corazón, que nos posibilita crecer espiritualmente en cada situación.
La ausencia de gratitud, incluso en una situación muy favorable, puede significarnos un impedimento para continuar progresando.
Algunas personas son ingratas porque no les importa lo qué reciben, así se trate de regalos maravillosos no se conforman y desean tener mucho más de lo recibido.
Por ello, mientras criamos a nuestros hijos no es bueno estropearlos, permitiéndoles obtener todo lo que desean.
Cuando un niño a medida que crece se mal acostumbra a conseguir lo que quiere sin importar de donde procede, queda condicionado por la ignorancia a raíz de la complacencia de quienes satisfacen sus caprichos.
El problema surge en la adultez, cuando no puede auto-satisfacer sus deseos, esto deriva en ansiedad y emociones difíciles de superar.
Sin gratitud no se puede experimentar
la satisfacción desde el
corazón.
Significa hacer malas mediciones respecto a lo que se obtiene, ya que se lo considera un merecimiento, por tanto, siempre se pretende algo más.
Se dimensiona a todo lo que se obtiene desde la gratificación, sin llegar a experimentar una verdadera satisfacción, ya que se aguarda una actitud complaciente de quien proporcion lo esperado.
Esto implica a más deseos que incluyen a los ‘debería conseguir esto o aquello’ sin mensurar el esfuerzo ajeno, por considerarlo una obligación que impide sentir gratitud.
Además, es frecuente que cuando no se consigue lo que se quiere surjan quejas y se culpe a los demás, con expresiones que expresan la falta de agradecimiento e ingratitud, cómo:
‘¿Por qué todo el mundo está en mi contra?’
También están los que son agradecidos cuando llegan cosas buenas, pero se perturban y desconciertan, grandemente, cuando las dificultades llegan a sus vidas.
El principio universal de todos los Caminos espirituales, es un fundamento muy básico de la Sri Bhagavad Gita, que enseña que debemos estar agradecidos por todo lo que Dios nos da.
Las cosas buenas que nos llegan debemos sentirlas y expresarlas con agradecimiento del corazón.
Incluso si no nos consideramos merecedores de lo que recibimos, igual debemos expresar gratitud.
Cualquier acto de bondad, pequeño o grande que otra persona nos muestra, merece ser agradecido por nosotros.
Cualquier bendición que recibimos, merece recibir nuestro agradecimiento.
Cualquier dificultad, dolor o fracaso merecen recibir nuestra gratitud, por el aprendizaje que nos dejan, ya que nos permiten crecer a través de la experiencia, caso contrario, desaprovechamos una valiosa oportunidad para evolucionar.
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