Heavenletter # 5354 Publicada el 22 de julio 2015
Dios dijo:
Querido,
no importa el qué, cómo, porqué, lo que veas, creas, digas e identifiques en el
mundo, tú eres Mi Amor, Mi Amado y Yo almaceno, de forma segura, en el corazón
que compartimos, la Verdad del Cielo.
En la Conciencia Celestial la seguridad no es
ni siquiera un pensamiento contrastante por la posibilidad de un
peligro o de una necesidad que avale un sentido de protección.
En el Cielo es un hecho que ‘Todo está bien’, no existen como en el
mundo pensamientos o frases para confrontar a las mentiras.
De hecho, en el mundo
relativo, debido a las falsas creencias, hay apego a las mentiras por la inexactitud de la Verdad.
En estas mentiras está
ubicado el dinero que, por supuesto, se considera necesario por la supuesta
seguridad que otorga su posesión.
El dinero encabeza a las
tergiversaciones de la Verdad, que incluye miedo y requiere de constataciones físicas en ciertos momentos, sea en las manos o la
cartera, para certificar su disponibilidad y accesibilidad.
Incluso el dinero se
vale de las palabras para colaborar con una idea que gobierna, desde hace
tiempo, en la Tierra, referida que la ‘riqueza
gobierna el mundo’.
Sin embargo, las
palabras que aseguran que el dinero es signo de poder en el mundo relativo, no
te brindan una seguridad absoluta, por más que signifique un medio de vida.
Aunque el dinero a veces
te haga arrodillar en las bajas vibraciones, ahora estás comprobando que no es tan
fundamental en tu vida.
Entiéndeme querido hijo, no estoy criticando la dependencia a lo que se conoce como riqueza, sólo estoy ahondando en el saber, sobre que el dinero no tiene lugar en el Cielo.
En el Cielo no se puede comprar o vender nada,
a menos que la Verdad sea considerada
una mercancía, lo cual es imposible.
En el Cielo no hay productos para negociar o especular,
sólo existe la Verdad.
En la Tierra todavía vives
bajo la égida del ‘tiempo’, una idea inventada con la que no admites
ninguna apelación y que te sumerge en el sufrimiento por cualquier cosa que te
imaginas.
Aunque niegues que no te
agrade sufrir, podría decirse que te gusta nadar en la desesperación.
Por eso, cuando te
sientes dañado por el sufrimiento, apelas a Mí
Intervención para que termine con el dolor, no sólo en ti y tus seres queridos, sino
también en toda tu Familia Humana.
Amados
Hijos, al mismo tiempo que rechazan la vida en la Tierra no quieren que se
acabe e indirectamente repelen la Verdad del Cielo.
La Verdad del Cielo
Querido,
te guste o no, eres parte de la vida en la Tierra y no estás ahí para pasar a
la posteridad, sino para fomentar tu presencia desde tu corazón, para que te
posibilites salir de la tragedia del mundo relativo.
La ausencia de vida en
la Tierra sería trágica para tu aprendizaje porque, a través de tu creencia en
ella, llegas a amarte a ti mismo a pesar de tus maullidos por los traspiés que
das en tu existencia.
Cariño, la vida no es de tu propiedad, aunque este concepto resguarde un gran sentido para ti, debes saber que está apoyado en una ilusión.
La propiedad aunque sea
una gran cosa en la realidad del mundo, no sirve en el Cielo o en la Tierra,
salvo para apoyar los pensamientos que admiten el rebobinado del apego a una
ilusión.
Te significa una
creencia que te invita a batallar más de lo que creas con la Paz.
Los estragos que causa,
con frecuencia, inundan la corriente principal de tu vida y la del mundo.
Podrás pensar y pedir que
haya Paz en ti y en el mundo, pero
este pedido se parece más a una fantasía, porque está apoyado en una ilusión
agradable que no sirve para invalidar el espejismo que disfraza.
En el mundo relativo es
común enseñarles a todos que no es bueno decir mentiras.
No obstante cuando se trata de la vida, pese a
estar asumidos en esta falsa creencia, muchas veces
comen puré y simulan ante los demás como si estuvieran degustando a la más
exquisita de todas las comidas.
Por esto amado niño, mientras estás en la Tierra, busca salir de los apegos, para que eleves los pensamientos y salgas de las creencias fragmentadas que insinúan que la vida es sufrimiento.
Sin importar lo dura que
puede parecer una situación, no te aferrares a las ideas de la ilusión para ver solo los riesgos, confía en el Cielo y sigue avanzando para que salgas de la negación
de tu verdadera realidad del Ser.
Sigue viviendo en la
fantasía de la Tierra y si tienes que llorar hazlo, pero desde el alivio, por haber
alcanzado la Verdad Infinita del Amor en
el Cielo.
Incluso prueba ser un tipo
diferente de realista, para que puedas salir de lo irreal a lo Real, negando
los conceptos de la ilusión que
contradicen tu Herencia Divina.
Permítete rebatir las
negaciones de la ilusión que tú eres Yo,
Dios encarnado en la Tierra con la forma hombre e indirectamente impugnarás
las mentiras que dicen que Yo no Soy el
Dios del Cielo de tu interior.
Insisto, tú nunca dejaste el Cielo, excepto cuando piensas
que estás en un cuerpo que flota alrededor de la Tierra y niegas tu ADN Divino.
Amados
Hijos, ¡sí Uds.! ¡Todos, sin excepción, tienen Mi Herencia en su interior,! ¡Háganla estallar en el exterior para que manifiesten a la Verdad del Cielo para todos!
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