Heavenletter # 5355 Publicada el 23 de julio 2015
Dios dijo:
Querido, siento el clamor de todos Mis hijos porque se sienten infelices, como si sus vidas fueran un desierto.
Incluso tú mismo, de
hecho, cuestionas Mi Existencia y me dices:
“Dios mío, pese a las muchas veces que me hablaste de los distintos niveles de Conciencia, no puedo evitar la influencia de la ilusión.
No obstante, sin importar el nivel que me encuentre, vuelvo una y otra vez a la desesperación, perdona lo que te diré ahora, pero tus promesas me parecen que no siempre se sostienen.
No importa cuando haya elevado mi Conciencia igual me desencanto una vez más, porque me parece que estoy solo.
Sin dudas yo he crecido, pero la sensación de soledad me persigue a través de cada uno de mis días en esta vida.
Dios, ¿son ciertas mis percepciones, me has dejado, me has abandonado?”
Querido
Niño, tú y todos saben que Yo no los sostengo con un hilo, pero si saben que no
deben buscarme dentro de lo inevitable.
Tú
sabes que tengo las Llaves del Reino y que cuando acudes a Mí, debes activar la
clave que abre el cerrojo que te lleva a Mi Presencia y ese e el Amor.
¿Estás dispuesto a recibirme a través del Amor?
Escúchame
con atención que ahora te diré algo
amablemente:
“Querido, te escucho decirme que estás descontento Conmigo, sin embargo Yo no lo estoy contigo.
Me dices que no notas Mi Presencia, sin embargo siempre estoy contigo, quien está ausente eres tú.
Me expresas que la soledad es rampante en la Tierra, te pregunto ¿crees que puedo crear tu soledad?
Yo no te he abandonado, eres tú el que te pusiste a distancia de Mí y te cruzaste de brazos, esperando que te lluevan del Cielo las pruebas de Mi Amor para ti y la humanidad.
Me acusas que me mantengo al margen y a distancia de tus circunstancias, sin embargo te estoy sosteniendo en Mis Brazos en un abrazo Eterno e Infinito.
En todo momento te invito a mí bailar Conmigo, sin embargo, sólo te escucho quejarte, como si estuvieras en la Tierra sólo para lamentarte y reclamarme lo que supuestamente no recibes de Mí.
Tal vez te acostumbras a verme como el Dios que siempre te falla, si es así, debería revisar tu ego, porque es quien te está jugando una mala pasada.
Estoy seguro que si sales de las falsas percepciones de la mente-ego, podrás ver la magnitud de tu propio Poder y descubrir que te encuentras dentro de Mi Gloria.
Sabrías que Yo no te alejaría, aislaría, ni separaría de Mí.
Puedo decirte que eres tú el que se aísla y luego me reclamas que no hago lo suficiente por ti.
Incluso cuestionas que te tenga entre Mis Brazos, porque conjeturas que si te tuviera abrazado no te sentirías tan solo y tendrías más respuesta de Mi Parte.
Dejarías de decir que estás clamando en el desierto, ya que no hay ningún Dios que te escuche”.
Amados
Hijos, si buscarán en su Sabiduría Interior, no percibirían a sus vidas como un desierto, encontrarían que solo hay un Dios que los mantiene en la Unidad
junto con Él.
En el Desierto
Querido,
Yo, Dios constituyo al UNO de la Unidad en la que estamos tú, Yo y todos tus
hermanos.
Recuerda que te di dos
cualidades en tus Derechos de Nacimiento,
el Libre Albedrío y la Buena Voluntad.
Úsalos para comprobar
que no hay otro Dios, aunque la
realidad de la ilusión te sugiera que hay varios y estás solo.
Empléalos para sentarte
frente a Mí con el corazón abierto,
así descruces los brazos y dejes de verme con los ojos entrecerrados del escepticismo.
Por supuesto que te
sentirás solo, dentro del aislamiento mental que el ego te impone.
Intenta ser más
solidario contigo mismo, para que tal vez consigas ponerle freno a lo que
llamas soledad.
Podría decirte que con
cada adjetivo que usas para denominar tu condición en la Tierra, solo consigues
auto-insultarte y hacerlo Conmigo, ya que eres Mi Desprendimiento y vivo en tu
interior.
Cada nombre que te
adjuntas a ti mismo, te hacen sentir menos amado y más descorazonado.
Incluso te activan
dispositivos que instalan gelidez en tu corazón.
Todo esto deriva en el
cierre de tu corazón y tu ingreso en la noche oscura y sombría de la mente-ego,
que te impide ver Mi Presencia en el
Espacio Sagrado que compartimos.
Recuerda que como te
auto-denomines a ti mismo, servirá también de eyector a Mi Presencia.
Cariño, ¿puedes ver cómo me expulsas y me ves distante de ti?
¿Detectas los mecanismos recurrentes de tu mente-ego para aislarte, para hacerte sentir en completa soledad y sin Mi Amor?
Escucha Mi Llamado y ven
a Mí en este momento, permítete traspasar la línea que nos separa.
¡Te estoy invitando que Regreses a Mí, que Yo estoy aquí!
¡Sí, estoy aquí, junto a ti, mientras lees este mensaje!
No permitas que tus
pensamientos te hagan sentir culpable, si tienes que llorar, hazlo de Alegría
por haberte reencontrado con tu Dios interior.
Cariño, Yo no te juzgo, tú eres Mi Niño Amado, lo que te pasa no es tu culpa, Mía, de nada o de nadie.
Activa tu Memoria Divina para que recuerdes que
elegiste venir a esta existencia a jugar, durante un tiempo, y aprender como
volver a reunirte Conmigo.
Recuerda que Ambos
tenemos una cita y que debemos reunirnos en la Unidad.
Entonces no esperes, sal
de la desesperación que te hace creer que perdiste el tren que te trae a tu
preciado Regreso al Hogar.
Considera la posibilidad
que puedes haberte extraviado en el Camino de Regreso durante un tiempo, pero
ahora levántate, salúdame y calienta tu corazón solitario en el mundo.
Amados
Hijos, Nuestros Corazones son más grandes de lo que pueden imaginar, abran sus
puertas, para que abandonen el desierto de la ilusión e ingresen al Reino de la
Unidad donde entonaremos el Himno del Regreso al Hogar.
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