Heavenletter # 5352 Publicada el 20 de julio 2015
Dios dijo:
Querido,
tu corazón es básicamente puro, pero cuando el ego entabla una lucha para hacerse cargo y controlar tu vida, debes admitir que sus interferencias te fragilizan y dejan sin protección.
Cuando el ego se hace cargo, podría decirse que,
aunque seas el dueño de tu cuerpo, te quedas aparentemente estático y comienzas
a sentirte frágil e indefenso.
Sin embargo, necesitas
admitir que eres tú, a través de tu Yo
pequeño, el que se deja sin protección a sí mismo.
Por lo general, la
entidad conocida como ego interviene
como tu defensor y comienzas a hacer resistencia para amar.
Te abrazas al miedo de
ser ofendido, permaneces en guardia, siempre listo para batirte en duelo ante
la más ínfima incitación.
Pero nadie va a
aprovecharse de ti para sacarte lo mejor, porque si lo piensas bien, el ego no lo permitirá, ya que es quien sostiene la
batuta.
Podría decirse que tus
supuestos contrincantes deben prepararse para besarte los pies, sin importar
las diferencias de estatus u otras circunstancias de categorización comunes al
mundo relativo.
Estos reaseguros de la mente-ego te hacen cerrar el corazón, ya
que te invitan a aferrarte a la falsa creencia que necesitas demostrar que eres
un ‘gladiador de la ilusión’ y
presentar batalla.
De hecho, estas
actitudes no te potencian el sentido de autosuficiencia, sino que incluyen una derrota
para ti mismo.
Equivale que te pegues
un tiro en el pie, porque te auto-saboteas a ti mismo, en el afán de adaptarte
a las plantillas de la Mátrix.
Con el propósito de
mantener tu vida en un lugar, te clavas a ti mismo en los escenarios de la
ilusión.
Cuando intentas sostener
tu vida en una ubicación que te posicione en la vanguardia, los métodos que
empleas para bien o para mal, hacen que tu Ser
Supremo, diseñado para estar en la
Luz se opaque, porque tu Yo inferior
tiene que defenderse a sí mismo hasta el final.
Cariño, esta ha sido tu práctica en más de una ocasión cuando sientes que otros te calumnian, sin embargo estos afanes por defenderte embarcan a tu verdadero yo en la culpa.
El
ego no es una entidad externa a ti, tú eres tu propio ego y eres quien le da una gran
participación y posición dentro de tu propio equipo interior.
Has entrenado a tu Yo inferior para luchar en caso que no
recibas las disculpas a una gran ofensa o alguien trate de pisotear tu orgullo.
Amados
Hijos, el ego siempre está preparado para la lucha y no es algo maravilloso
anteponerlo en sus reacciones con el propósito de entonar y bailar la canción
del agravio.
El ego está preparado para la lucha
Querido,
no me malinterpretes que no te estoy diciendo que ofrezcas la cabeza para que
te la corten.
Te hablo que muchas
veces la atención que pones en los eventos externos, no reciben un tratamiento
adecuado.
En ocasiones consientes
demasiado rápido a tus percepciones y respondes a una necesidad de destacar
como el bueno o la personificación de la paciencia.
Ya sé, estás pensando, ¡pero Dios, no entiendo, reacciono así porque no quiero entrar en la refriega!
Te hablo que no requieres
luchar hasta el final desde una reacción tranquila o explosiva, ya que si no
tomaste la decisión adecuada, igual te sentirás angustiado.
Entonces para qué
quieres o de que te sirve tragarte la amabilidad si no estás expresando tu Verdad.
Tú sabes de qué estoy hablándote cuando necesitas retirarte de una contienda.
Cuando es así no
necesitas demostrar santidad, ya que el objetivo es trascender más allá de tu pequeño Yo, ya que cuando te quedas a
solas con él, te opone resistencia y también te deja fuera de combate en tu
interior.
No es que tengas que mantener
la Armonía a toda costa, pero los
auto-reproches también te hacen gastar mucha Energía, porque te ponen rígido a nivel emocional y mental.
La Armonía no tiene por qué significar un gasto por el simple hecho
de ceder en contra de ti mismo.
No digo que presentes
batalla, pero tampoco que pretendas ser quien no eres, ya que hasta cierto
punto, estas indecisiones e indefiniciones en tus reacciones, te patean en
contra.
No niego que algunas
veces necesites ceder, pero si usas tu Libre
Albedrío para ejercitar tus opciones apoyado en tu Verdad, no te moverás a ti mismo fuera del Camino.
No necesitas ser
descortés, tampoco dejar que el otro haga todo el gasto, porque en ambos casos,
viajarás a través de terrenos difíciles que te harán sentir culpable por no
haber argumentado en su momento.
Más bien usa tu tranquilidad
para decirle a tu contrincante que seguirán hablando cuando ambos estén
calmados.
Puedes ser único siendo
tú mismo si en estos eventos ejerces cortesía
hacia tu Ser, sin auto-exigirte a dar una respuesta que demuestre pasividad
y te sumerja en un desierto o el ártico.
Reconozco que te impulso a reaccionar sin dañar tu corazón, pero reconoce que si explotas por exceso de calor emocional alborotas tu interior y exterior.
Y si te gelificas, corres el riesgo de enfriar tu corazón al reprocharte y sentirte culpable por no haber dicho lo que pensabas.
De una u otra forma, te
bajas el telón en el teatro de la vida, ya que te guste o no, en ambos casos te
dejaste llevar por un falso orgullo del ego.
Tal como están diseñadas
las interactuaciones en la realidad del mundo, no todos van a ser tus amigos,
pero esto no significa que se transformarán en tus enemigos.
Amados
Hijos, no obstante, en el transcurso de cada acción, procuren tomar decisiones
que le impidan al ego prepararse para la lucha desde una actitud pasiva o
activa, ya que muchas veces ambas incluyen orgullo.
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