Heavenletter # 5236 Publicada el 27 de marzo 2015
Dios dijo:
Querido, si quisieras
podrías ser un ganador notable y digno en
el mundo.
¿Has oído la expresión “Al vencedor le pertenece el botín”?
En los viejos tiempos, a
los soldados que ganaban una batalla, les daban licencia para saquear las
aldeas.
Los ganadores podían
tomar todo lo que quisieran, robar en esas circunstancias lo consideraban un
derecho notable y digno.
El “botín”, en este caso, eran las ganancias de los triunfadores.
Esto son pensamientos
que sólo tiene sentido en el mundo, para poder premiar a un triunfador.
En realidad, las ganancias
de un vencedor pueden no ser un reembolso a ningún atributo que él merezca
recibir, sólo obedece a una cuestión dictada por el mundo.
Estos premios para
cualquiera, significan una palmada en la espalda para hinchar el ego.
Significa una pobre
ganancia por triunfar y al vencedor puede aumentarle el velo que le cubre los
ojos.
En cierto sentido está
siendo engañado, aunque por supuesto, las personas se engañen a sí mismas.
La idea de ganar puede
llegar a ser insaciable y me recuerda a la malvada madrastra de un cuento, que
quería ser la más bella del mundo, porque tenía que destacarse y ser una
ganadora.
Esto implica que para
poder ganar, otros necesitan perder, por lo que se establece un cierto tipo de guerra
en la vida, sin dudas compuesta por egoísmo.
En tal caso, ¿qué se puede ganar con la controversia?
Cariño, jugar con un
buen corazón no encierra nada de malo, al contrario se mantiene un buen espíritu durante
el intercambio.
De esta manera se puede
intercambiar sin controversias, sin importar quien ganó o perdió, los
resultados se miden con una óptica más positiva, ¡Enhorabuena!
Podemos decir que el botín le pertenece a la Santidad del Ser y, en este caso, también se puede afirmar que son Santos quienes buscan el mayor bien para todos.
Los Santos son humildes y sus ventajas se originan en esta cualidad.
Desde la Humildad se
expresa el bienestar para alguien más, en lugar de tratar de ser el primero en llegar.
Desde el momento que el Ser se convierte en Santo, ganan todos.
La Santidad es el premio, la Totalidad, la Plenitud de la simpleza en todos, sin agregados extraños.
La Santidad no se
desempeña en la mente, sino en el corazón, indica ganar sin pensar en sí mismo
o el equipo para sostener el logro desde el orgullo del ego.
Amados Hijos, con la Santidad no sacrifican nada, les
permite avanzar y ganar en Conciencia, sin pretender ganar en el Mundo desde el ego.
Ser un ganador en el mundo
Querido, está demostrado
que si en una relación amorosa alguno de los dos quiere ganar, ambos pierden.
Puede que en algún
momento hayas tenido una cualidad que te permitía ganar a los demás.
Con seguridad, conservas
un buen recuerdo, más puede ser que en ese momento, simplemente ganaste a otros, sin la
intención de ser señalado o destacar.
En este ahora intenta
aumentar esos momentos, para que salgas de la tendencia afín al mundo y pensar que la
Felicidad se gana afuera.
En el mundo, se cultiva
la idea que debes esperar que sean otros quienes te otorguen Felicidad, siendo que son Uds. mismos quienes se la proporcionan
desde el interior.
Nadie puede darte Felicidad y si alguien intenta hacerlo, puede terminar en un acto fallido para ti y para esa persona.
Ningún intento externo
puede hacer bailar tu Ser de Felicidad,
salvo que tú mismo la reclames.
La propia Felicidad
necesita ser autoproclamada en el interior, totalmente desprovista de los
agregados externos y las entregas personales.
Tu realidad de Ser no
necesariamente debe coincidir con la de los demás.
Por lo tanto, si esperas
que los atributos externos te proporcionen Felicidad,
deberás esperar sentado durante mucho tiempo, ya que te mantendrás
insatisfecho.
En verdad, la Felicidad es un estado que tú eliges,
decides y declaras.
Si sigues esperando que
el mundo te brinde un estado de Felicidad,
en la situación que se encuentra en este momento, será más factible que te
castigue por mala conducta, antes de otorgarte lo que esperas de él.
Amados Hijos, nadie en el mundo puede darles un pasaporte
que los haga ganar Felicidad, ya que es un atributo individual de cada Ser
Espiritual.
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