Heavenletter # 5230 Publicada el 21 de marzo 2015
Dios dijo:
Querido, el martirio no es la
vocación del Verdadero Ser y este
es el momento para que tú y todos dejen de culparse y hacerlo con otros.
Aunque algunas situaciones te hayan arrinconado, siempre obedecieron a
parámetros de la ilusión y es necesario que sigas culpando a otros.
Es tiempo que te libres de las
ideas limitantes que algo o alguien está tratando de hacerte daño.
Cuando miras por encima del hombro todo el tiempo, quedas relegado a tus
propias percepciones que pueden ser falsas.
Te aclaro que no estoy discutiendo sobre la inocencia de los demás, tampoco
hablo de tus merecimientos.
Sino sobre la necesidad que dejes de buscar argumentos que te mantengan
como una víctima.
Permanecer como una víctima de las circunstancias, te empuja a buscar
responsables.
Por lo general te hacen recaer en reproches y autoacusaciones, o en
transferencias a terceros por lo que hiciste o dejaste de hacer.
En cualquier caso, ¿dónde está el
beneficio para ti?
Si tienes razón respecto a tu inocencia, ¿te sirve de algo?
Cariño, elimina la palabra culpa de tu vocabulario, simplemente no hagas
portación de ella.
Busca no desembocar en las limitaciones por influencias externas, no
enciendas o alimentes el fuego que las acompañan.
Te aseguro que cuando consideras responsables a los demás de todo lo que te
ocurre, estás perdiendo la oportunidad de centrarte en ti mismo.
De esta forma es como te regalas, relegas, nutres tus pensamientos y tu vida con la
Energía proveniente de otros, dejas de verte tal como eres tú, para asumirte en la
visión ajena.
En esta mezcla, cualquier cosa puede ocurrir, mientras otros piensan que
tienen razón, estás enfrascado en demostrarles que la tienes tú, para poder
acusarlos de arbitrarios.
Realmente es innecesario tu apego al resentimiento del pasado, por el
impedimento a “dejar ir”.
Tienes que “dejar ir” de manera que todo lo desfavorable no se te
meta debajo de la piel y se ulcere.
¿Cuál es el significado que le des vida a pensamientos sobre los demás, descuidando a los propios?
Soy consciente que a veces piensas que Soy un mal Dios, no me perdonas y me
excluyes de tu corazón.
Esto pasa cuando sufres mucho y quieres una explicación, si no la recibes
piensas que te abandoné a tu propia suerte y te decepcionas.
Amados Hijos, en el fervor de martirizarse, se olvidan que siempre estoy
con Uds. evitando que las circunstancias de la vida los hieran.
El martirio no es una vocación
Querido, necesitas recapitular sobre Mi Función en tu vida, para que puedas
recuperarte y dejar de lado al resentimiento y la enemistad.
Cuando endureces el corazón, nadie se hará responsable para que te
recuperes y lo ablandes.
La dureza de corazón es lo mismo que una mente cerrada, nadie va a cambiar
de opinión y beneficiarte con la razón.
Estas tesituras son afines a todos, por lo cual debes cuidarte de tus
certezas.
En la relaciones humanas, la seguridad sobre la función de los roles ajenos
en sus respectivas vidas, están revestidos de percepciones erradas.
La prueba son los eventos adversos que hacen que la mente y el corazón se
cierren, por lo tanto, el cambio tiene que provenir de ti, no de los demás.
Nadie tiene la facultad de arreglar una situación, si parte del fundamento
equivocado que son los demás los que tienen que cambiar.
La experiencia ya te demostró que cuando piensas así, te equivocas en tus
suposiciones.
Inclusive si son acertadas, estableces un combate mental Conmigo y con
quienes mantienes tus diferencias.
Correctos o incorrectos, deja de lado tus juicios, apreciaciones y
conjeturas, para que salgas del show de las sumatorias del ego y de sus abrazos
de injusticia.
Si nutres la injusticia, llegarás al extremo de no poder diferenciar la
justicia de la arbitrariedad.
De todos modos me parece que no te interesa desperdiciar tu vida en
situaciones banales, por estar reviviendo un pasado que no quieres y
descuidando a lo que realmente tiene valor para ti.
¿No te parece que los razonamientos limitantes te anudan más la soga alrededor de tu cuello?
Cada afirmación sobre el maltrato ajeno, incluidas las malas interpretaciones,
nutren al show del ego e impulsan a buscar reivindicaciones para su
resarcimiento.
Con estas actitudes lo único que consigues es maltratar tu Ser con más insatisfacciones, baja
autoestima y sumirte más en el rol de víctima.
Tú no viniste y naciste en la Tierra para ser una víctima, si te mantienes
en esa creencia es porque un gran velo cubre la Memoria de tu Entendimiento.
Amados Hijos, despójense del velo
mental que los obnubila, para que salgan de la ceguera mental del ego, ya que con
franqueza les digo, que “el martirio no es
la vocación” de su Ser.
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