sábado, 21 de febrero de 2015

Reclamar la Alegría


Heavenletter # 5196 Publicada el 15 de febrero 2015




Dios dijo:



Querido, lo que ves es lo que obtienes, esto ya lo sabes, si ves Alegría  en el mundo, tu propio mundo será alegre.
Querido, lo que ves es lo que obtienes, esto ya lo sabes, si ves Alegría  en el mundo, tu propio mundo será alegre.

En cambio, si ves problemas, tendrás dificultades.

Si sales de las percepciones comunes del mundo, podrías comprobar que nadie se pierde en los problemas.

Con seguridad esto sería material de discusión.

Sin embargo, alguien en una situación peor que la tuya, puede ser más feliz que tú.

Lo que ves es lo que obtienes.

Tu Felicidad en la vida proviene más de tu situación y condiciones con que las experimentas.

Parecería que tu Alegría está sujeta a un condicionamiento mental fruto de ciertos hábitos materiales en los que has caído.

¿En última instancia, qué buscas?
¿Buscas una repetición del pasado?
¿Buscas orientar tu mirada al futuro?
¿Buscas que la Felicidad se anuncie golpeando tu puerta?
¿O buscas enfocarte en algo más que te eleve e incluso renueve completamente?


La Felicidad proviene de más allá de los acontecimientos de tu vida, es como en la música, dispone de muchos tonos que se reproducen en tu existencia.

Las preguntas ahora son:

¿En que lugar optarás por jugar, en la Alegría o la pesadumbre?
¿Cómo vas a gastar tu tiempo y pensamientos?
¿En las notas altas o bajas de la Felicidad?
¿Qué utilizarás, percusión, sonido metálico, oberturas o crescendos?


Hijos Míos, a través del libre albedrío, mientras experimentan la vida, podrán optar por escuchar un tono musical afín con la Alegría.




Reclamar la Alegría



Querido, tú experiencia en la vida puede tener el ritmo de una ópera, jazz, rock, rap o el que elijas imprimirle.

Tú eres el que eliges la melodía de los pensamientos que se suman en tu vida.

Tus pensamientos influyen en la calidad de tu vida, será trágica si es de bajas vibraciones y en constante ascenso si están revestidos de frecuencias altas.

Tus observaciones sobre tu propia vida te condicionan, para que sea alegre y bella o triste y deprimente.

Cuando dices reflexionar que la vida te proporciona Alegría, adquiere ese sentido.

Ciertamente, posees el Derecho de Nacimiento de Reclamar Alegría para ti, en lugar de adherirte a la angustia.

Puedes dejar de enfocarte en lo que te molesta y tomar la decisión para centrarte en la salida del Sol, el azul del Cielo y el desarrollo de la vida.

Tú decides que vas a contabilizar en el debe o haber de la vida.

Por lo tanto, en lugar de descartar tu vida, suma un saldo a favor cambiando tu forma de percibirla e incorporando más satisfacción y Gratitud en tu experiencia.

Ahora, reflexiona que piensas sobre tu propia vida, para que comiences a limpiar lo que no te sirve y a sumar Alegría.

Todos tienen la tendencia a percibir a la pobreza como sinónimo de infelicidad, sin embargo puedes ser pobre y tener una vida feliz.

Puedes ser un hombre rico y sufrir extremadamente.

Puedes ser pobre, pero saludable y feliz.

Puedes estar enfermo y aún así tener Felicidad.

En estas opciones, es donde ejerces con verdadero significado y sentido tu libre albedrío.

Lo quieras o no, eres tú quien efectúa las elecciones, aunque luego se las endilgues al pasado u otras personas pero, en última instancia, todas las decisiones fueron tomadas por ti.

Cariño, tú eres el guardián de tu vida, puedes elevarla, descender y hablar mal de ella.

Gran parte de tu tiempo no lo empleas realmente en pensar las decisiones que tomas, habitualmente lo haces de forma automática y desde parámetros ajenos.

Te ha dicho antes que no te centres tanto en las malas hierbas de tu jardín, sino en hacer crecer bellas flores, incluso que ames a la mas pequeñas.

Puedes aprender a amar el barro, recuerda que cuando eras un niño te encantaba pisar con fuerza el lodo.

Cuando algo en la vida te parezca distante e inalcanzable, comienza a valorar lo que tienes en tiempo presente, de manera que aprendas a darle un mejor uso.

Así es como aprenderás a ver y sumar las bendiciones en tu vida, sin desestimar o despreciar a ninguna por considerarlas defectuosas o insignificantes.

Señalar los defectos es más fácil que extraer una bendición de ellos.

Cuando aprendas a hacerlo, no te bastarán los dedos de las manos y los pies para sumar las bendiciones en tu vida.

Hijos Míos, aprenderán a reconocer a la larga lista de bendiciones que les reporten seguridad, comenzarán a reclamar Alegría y a decir “Gracias Dios”.


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