lunes, 2 de febrero de 2015

Quejas Enviadas a Dios


Heavenletter # 5177 Publicada el 27 de enero 2015




Dios dijo:



Si el mundo es una ilusión que parece real, entonces el sufrimiento tiene origen en una fantasía, por lo cual las quejas enviadas a Dios también lo son.
Querido, si el mundo es una ilusión que parece real, entonces el sufrimiento tiene origen en una fantasía, por lo cual las quejas enviadas a Dios también lo son.

Te escucho decirme, Dios:

“¿Dónde está la diferencia, entre realidad y ficción en mi vida en la Tierra, si siento a la ilusión tan real?
¿Cuál es la diferencia si mi sufrimiento es producto de la ilusión y lo percibo cómo auténtico?
Entonces otórgame la ilusión de la Paz, déjame ponerla dentro de la realidad del tiempo y el espacio, en la Tierra.
Con el debido respeto a Ti, Dios, dame una ilusión agradable.
Si yo no estoy hecho para el sufrimiento,
  • ¿Por qué, entonces, tengo que padecerlo?
  • ¿Por qué no me liberas del dolor?

Me dices que no tengo que sufrir, entonces,
  • ¿Por qué lo hago?
  • ¿Por qué tengo que sangrar, padecer hambre o llorar una pérdida?
  • ¿Cuál es la razón que continúe sufriendo?

Me dices que si cambio lo suficiente mis percepciones, dejaría de sufrir.
Entonces dame, te lo ruego que lo hagas, tu propia percepción, permite que sea mía, te lo imploro.
Me dices que ya la tengo en mi interior, que cuando la busque y encuentre, voy a conocer la Verdad de la Ilusión.
Entonces, facilítame el acceso a esa Verdad que me liberará de la esclavitud en este ahora.
Libérame de la ilusión, retira de mí el Cáliz del dolor que me sumerge en la agonía.
Si eres un Dios de Amor, muéstrame esta Energía Incondicional sin límites, para que, de una vez por todas, sea lo que Tú quieres, un Ser Dios encarnado en la Tierra.
He escuchado, incluso Tú lo afirmas, que he vivido muchas vidas, te pregunto:
  • ¿Para que necesito tantas si Soy Dios?
  • ¿No podría perfeccionar mi Ser con menos encarnaciones?

Por favor, no me digas que es mi opción lo que actualmente vivo en esta realidad, no puede ser mi elección.
He nacido en un cuerpo con el temor incorporado e instantáneo a perderlo, con el miedo a la muerte siempre presente hasta el final de mis días.
Por lo que sé, todos mis hermanos comparten el mismo cuchillo, sobre todos nosotros pesa el miedo a la muerte.
Entonces, ¿por qué no podrías eximirnos del miedo?
¿No te parece que sin este miedo, tendría más seguridad en mí mismo?
Esta debe ser una súplica de clemencia generalizada en el mundo.
Yo te reclamo misericordia ahora, me parece que te pido poco o nada, sólo que me excluyas del dolor.
Sólo te pido que con tu Amor me libres del sufrimiento en esta vida y en este momento, para experimentarla con mayor Libertad ya.
Si, querido Dios, en este Ahora, no mañana o cuando vuelva a ti.
Te pido que no me respondas con que estoy cerca de todo lo que deseo, o que lo tengo frente a mí, sólo que no lo veo porque estoy dormido.
Si me lastimo, me dices que no es porque me castigaste, sino por mis elecciones.
Sin embargo, siempre lo siento como un castigo Tuyo.
Aunque me sienta y digas que estoy cerca de lo ilimitado e Infinito en mi vida actual, igual percibo el dolor, no veo ningún final para esto a la vista.
Con estas palabras no te estoy dando un ultimátum, incluso en esta realidad limitante me doy cuenta que no puedo hacerlo.
Además, no haría eso de todos modos, sería como jugar con Tu Poder, Dios Todopoderoso.
Mi deseo es cumplir Contigo en todo y con todos los medios a mi alcance.
Indícame cómo liberarme del pasado, para que cada día pueda tener una ola renovada de bendiciones.
Incluso si ya están frente a mí y no las veo, entonces dame el don de ver, por favor.
Estoy dispuesto, estoy más que dispuesto, ansioso diría, de seguir Tu Voluntad, sin embargo, Dios en el Cielo:
  • ¿Cuándo estará claro mi Camino?
  • ¿Cuando me eximirás del presente experimento en mi existencia del Ser?

Me dices que dónde está Tú Corazón, está el Mío, entiendo que Tú no discriminas, pero no conozco a nadie que no sufra o sea verdaderamente feliz.
Tengo que decir que la infelicidad es la ilusión que mejor conozco.
¿Qué hago ahora?
Con seguridad me dirás que hasta ahora solo he hablado más que escucharte y que mi tiempo es aquí y ahora.

Amado Dios, tal vez mañana, cuando yo sea Yo Soy, pueda escucharte mejor”.


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