Heavenletter # 5201 Publicada el 20 de febrero 2015
Dios dijo:
Querido,
juntos llevamos una vida de Amor, nuestro
propósito es fijar e integrar esta Energía en los corazones de todos.
Nuestro
objetivo principal es dar Amor, por más que
no siempre sea entendido ni captado.
El Amor del que hablo está más allá de la percepción
común.
En
el mundo conciben al Amor desde el
romance.
Todo
Amor tiene algo valioso, inclusive el
Amor no correspondido, ya que en sí mismo alberga algo precioso.
El
primer y último Amor, los
epílogos amorosos, todos contienen en sí mismos sacrificio, diversión, placer o algo que les aporta valor de forma unilateral,
ilimitada o parcial.
Sin
embargo, el Amor del que hablo es
algo más, no busca hacer una diferencia para sí mismo, rodea a todo lo que
encuentra en su Camino.
Se
nutre a sí mismo, traspasa a todo y todos, de lo que te hablo es de una Energía que irradia Luz y Gracia.
Este
Amor no se apoya en merecimientos,
belleza o pensamientos, trasciende cualquier barrera, depende sólo de sí mismo.
Se
parece a la respiración que no necesitas conseguirla, naturalmente inhalas y
exhalas aire.
Este
Amor te rodea igual que tu Aura, sin expectativas.
Yo Soy la Fuente original de este Amor y en ti lo
reflejo.
Disfrutar
de la Fuerza y Poder de este Amor es
tu Derecho de Nacimiento, debes darlo
y recibirlo naturalmente, su flujo no depende de nada o nadie.
Mi Amor no
tiene escalas para medirlo, es espontáneo, sin requisitos previos para otorgarlo
u obtenerlo.
Corazón,
en tu Esencia del Ser está plasmado Mi Amor, por eso buscas amar y ser amado.
Sin
embargo, pese a ser innato en ti, amas desde la causa y efecto, a esto
o aquello.
Si
amarás con simpleza sin las interferencias del materialismo, modas, edad,
belleza, raza, cultura, género y más, lo entregarías sin concesiones, dejarías
que fluya en completa libertad.
El Amor natural e innato no tiene que ver solo
contigo, un objeto u otra cosa, está rodeado de Luz y la irradia dentro tuyo y a todo a tu alrededor, con total
independencia de lo que sea.
Cuando
se trata de este Amor, podríamos
llamarlo aceptación, visión innata, Totalidad.
En
esta Energía no tienen cabida las
medias tintas, pensamientos de escasez o expectativas que lo regulen y
las quejas de insuficiencia o pobreza.
De igual
manera, no admite anuncios que te permitan alardear de ser “poseedor de un gran corazón”.
Amados
Hijos, con este Amor no necesitan
decir nada, sólo dejarlo brillar, a lo sumo exclamar “¡Dios, me encanta la Luz de Nuestro Amor!”.
Fijar e integrar el Amor
Querido
Hijo, Nuestro Amor es un Océano cuya
Energía necesita ser fijada e integrada en todos los
corazones.
Sin
embargo para irradiarlo, no necesitas esforzarte en el intento de amar.
El Amor es el Camino Azul que te conduce a la Fuente.
Los
esfuerzos, denuedos o sacrificios no son necesarios para girar las manivelas de
Nuestro Amor.
Nuestro Amor
está presente en tu corazón, semejante a un Manantial, que con tu simple deseo
e intención pura, puedes manifestarlo.
Nuestro Amor está fijado e integrado en el Centro de
tu Ser, no te exige
rendimientos, falsas demostraciones.
Mana con naturalidad en el aquí y ahora,
sin lamentos pasados, ni expectativas futuras.
Nuestro Amor es una Energía sutil, espirituosa,
etérea, podríamos decir que está en tu ADN, que naciste con Ella.
Todos
los bebés nacen con Ella y cada nacimiento es un auspicio que humedece el
interior de todos en la Inmensidad del
Amor.
Cariño,
está dentro de ti y te enseñaron a amar con reservas.
La
vida del mundo está humedecida por el Amor.
El
Amor no debe preservarse a sí mismo, en su propia naturaleza está inscripto que
debe Ser.
Sin
embargo en el mundo, tuercen, atan al flujo
natural del Amor y sin necesidad lo restringen y retienen.
Si no
expandes el Amor en tu corazón, lo
limitas.
La exuberancia del Amor es para todos,
grandes y pequeños.
El Amor del que hablo no es para ser
entregado con discreción.
Entiendo
que te enseñaron a temer cada vez que necesitas dar y recibir Amor en la vida, a modo de prevención, para que no confíes demasiado y evites decepciones.
Si
quieres salir de esas enseñanzas limitantes, comienza amándote a ti mismo, cada
día un poco más, para que empieces a ver a los demás como a ti mismo.
En
esta forma de amar no hay prevenciones o costo alguno para ti.
Hijos
Míos, fijar e integrar el Amor en sus
corazones no les resultará un sacrificio, será el simple ejercicio de un
Derecho de Nacimiento y con naturalidad cumplirán con la Misión para la cual
vinieron.
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