domingo, 22 de febrero de 2015

El aprendizaje es Inevitable


Heavenletter # 5197 Publicada el 16 de febrero 2015




Dios dijo:



Querido, es inevitable que aprendas que cuando juzgas te condenas.
Querido, es inevitable que aprendas que cuando juzgas te condenas.

Esto se reduce a renunciar ser “juez” de ti mismo, alguien más e incluso un grupo completo de personas.

Excluirte y hacerlo con otros en tu corazón, sea porque haces resistencia a tu forma de actuar o de los demás, incluidos los pensamientos, en realidad significa que estás actuando desde el ego.

Al decidir sacar fuera de tu vista a lo que te molesta desde la mente, te opones a tu existencia y la de los demás.

Implica que estás obedeciendo a un mandato de tu mente y no al corazón.

Esto es lo que quiero decir cuando expreso que las fallas que ves en otros, son una proyección mental de tus propios pensamientos.

Si no puedes ver aquí lo que proyectas, vamos a verlo de otra manera.

Cuando juzgas los defectos de otro, te aparejas con lo que te desagrada y, después de hacerlo con este Ser, delineas para ti mismo a los yerros que repeles.

Un ejemplo sería cuando repudias la ofensa de un asesino, en cierto ámbito mental te consideras bendecido por no proceder de la misma manera.

Luego, en un nivel más sutil, erradicas al asesino, lo destituyes de tu corazón por considerarlo indigno de ti.

Sin embargo, a nivel mental estás aparejando tu comportamiento, por la sencilla razón que, si bien el otro dispuso de la vida alguien, tú emulas su acción al juzgarlo y desterrarlo de tu pensamiento.

Encontraste al asesino culpable y lo alejaste de tu mente, retribuiste su acción con represalia y lo condenaste al ostracismo mental.

Se parece a encarcelarlo en una pequeña celda fuera de tu vista, lo máximo que puedas, de manera que se quede allí, totalmente excluido de la vida de tu mundo.

Lo has alejado de tu Conciencia y no deseas recordarlo, por la costumbre de ajustarte a parámetros prediseñados que rigen la conciencia social.

Este tipo de dictámenes regulan tu proceder porque se corresponden con un orden social correcto, para atender a los contraventores del sistema.

Volviendo a las fallas que encuentras intolerables en otros, repercuten dentro de ti, por eso necesitas ponerlos fuera de tu camino y Conciencia, igual que al asesino.

No quieres volver a verlo, hablar u oír nunca más a ese Ser, como una forma de auto-imponer límites y para no sufrir al contemplar su delito.

Este proceder en realidad, revela que no quieres que se te recuerde a tu propia falta.

Existe una razón por la que le llamo a cada uno de Uds. “Mi Hijo”.

Yo no los llamo “Mi adulto”, ya que en Esencia son Hijos Míos, los niños crecen y tú estás creciendo en Comprensión en este momento.

Esto es algo que muchos de Mis Niños aún pueden no saberlo con seguridad.

Hijos Amados, acéptense en este Entendimiento, para que vean a todos en la Tierra como a un niño, ya que posiblemente juzgarán menos y acogerán a todos en sus corazones.




El aprendizaje es inevitable



Querido, cuando un niño rompe algo, berrincha o dice una mentira, con seguridad no lo excluyes de tu corazón.

Un niño, aunque admita que no rompió nada, incluso si fue sorprendido in fraganti y te haga enojar con su negación, no lo sacas de tu corazón, tal como haces con un adulto.

Comprendes que el niño no quiere ser víctima de una acusación, ya que está en una etapa que todavía patina por la vida.

Entiendes que aunque haya roto algo, el desea liberarse de la culpa y que no lo regañen, por lo cual no mides su acciones como algo criminal.

Tiendes a abrazar a los niños con más facilidad de lo que lo haces con los adultos.

A un adulto lo condenas con prontitud, lo conozcas o no.

Desde Mi Visión puedo garantizarte que, aunque seas mayor, en cuestión de aprendizaje, sigues siendo un niño para el Universo, ya que no siempre sabes cómo proceder y por más que lo sepas, no lo haces.

Si te percibes a ti y a los demás como niños, te resultará más llevadero el intercambio con tus hermanos, con menos juicios y más aceptación.

Aprenderás a reconocer que sus acciones son producto del desconocimiento, ya que si supieran verdaderamente cual es su proceder, con seguridad sería otro.

Cariño, todos Uds. son niños inocentes que están aquí para aprender y crecer.

Yo no condeno a ninguno de Mis Hijos, sé que todos en el mundo están aprendiendo.

Una vez que te impulses a ver desde un ángulo diferente, habrás aprendido.

No condenes a otros niños por las carencias que veas, recuerda que están en la infancia del Ser, para que no perpetúes en ti los errores ajenos y no los excluyas del corazón.

Hazlos a todos tus hermanos y niños queridos en tu corazón, ya que la peor acción de un niño es ser travieso.

A medida que continúes creciendo se extenderá, de forma natural, la aceptación de tus hermanos y hermanas.

Esto no quiere decir que todo está bien, que seas indulgente e ingenuo, simplemente que te permitas verlos más amablemente y con más Amor, para que percibas, en primer lugar, a la Verdad.

Hijos Míos, en la vida el aprendizaje es inevitable, todos son alumnos y algunos lo hacen con más facilidad que otros.


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