Heavenletter # 5165 Publicada el 15 de enero 2015
Amado, te he escuchado decirme:
“Dios, cuando miro hacia atrás en mi vida, es como Tú me dices, un libro de imágenes que inventé en todo momento.
Incluso, el lugar donde nací y estoy ahora me parece imaginado, muy lejano en el tiempo y espacio, como si fueran nada más que mis pensamientos.
Tengo la sensación de no haber estado nunca en ningún sitio, incluso donde estoy ahora sentado o parado.
Tengo la impresión de no estar en ningún lugar ahora.
En cierto sentido, veo a mi vida como una proyección, al mismo tiempo que me siento perdido en el mar de mi existencia.
Dime Dios, ¿la falta de delimitación y de mi sentido de ubicación en la realidad del Ser es lo que me hace llorar?”
Desapego
Querido, con toda
seguridad te falta la comodidad del encuadre que te sitúa en las realidades que
interactúas.
En cierto sentido, esta
falta de delimitación te disloca el enfoque.
El desapego que estás
experimentando te hace captar a los recuerdos a la distancia.
Cada vez que aparecen,
los aprecias como pensamientos extraídos de la nada, sin que tengan ninguna
relación con el presente.
Sin embargo, confundes
el significado de desapego, porque aún mantienes la conexión con viejos
archivos.
Esta confusión te hace
ver a tus viejas memorias desconectadas de ti.
Sin embargo, cada vez que aparecen
ciertos recuerdos, cómo los de los seres queridos que se fueron, te sumerges en
la tristeza.
Ya sabes que los deseos
para tener a todos otra vez en la Tierra, aunque sean breves instantes, es
imposible.
Cariño, no interpretes a
lo siguiente como que estoy siendo rudo contigo, pero tu familia nunca fue
real, la vida siempre fue algo inventado.
Estabas mirando un libro de imágenes, que te hizo pensar
que eras tú en una vida real en la Tierra.
Exacto, pensaste que eras
en algún lugar, sin embargo todos los escenarios no existen en absoluto.
Experimentaste muchas
sensaciones, emociones, pensamientos y reacciones.
Aún ahora sigues
haciéndolo, sigues sintiendo que no eres feliz.
Pero en este momento, a
medida que avanzas, has comenzado a sentirte desconectado de toda la vida pasada.
Sientes que todos y
todo no te importan, que la gente y los acontecimientos no significan nada
para ti.
Existe la posibilidad
que siempre hayas sido un extraño vagando en el desierto, incluso si eso
hubiera significado la respuesta a una sensación de soledad.
Pese a que estás más
consciente de quién eres, sigues diciéndote que estás inmerso en las dificultades.
Hijos Míos, en Uds. está
identificar a lo que llaman malos ratos, para desapegarse de ellos y colocarse en el Camino que los trae a Mí.
La vida es un libro de imágenes
Querido, de lo que te
hablo es del Séptimo Cielo, donde no hay aquí o allí.
Ponte de pie Conmigo,
alinea tu Ser con el Mío, para que ocupes tu lugar en la Unidad.
La Unicidad es el Estado
Natural de tu Ser, donde no hay tú y Yo, Nosotros Dos o un Dios lejano.
La Unidad es Luz Pura, es
todo lo que hay y nada se encuentra afuera de Ella, incluido tu propio Ser.
Has mezclado tu deseo de
elevar con el miedo.
Realmente quieres volver a Ser tú mismo, pero tienes miedo de perderte.
Te preguntas cómo harás
para reencontrarte de nuevo si te alejas de lo que conoces hasta ahora de ti
mismo y consideras como tu Verdadero Ser.
Sin embargo, nunca te
fuiste, siempre estuviste como Uno Conmigo en el Cielo.
Cariño, no temas a
perderte, esto es algo que nunca te sucederá, porque nunca saliste de donde
perteneces.
Este es un momento único,
deja de buscar imposibles en una realidad que no existe y donde sólo eres un
actor.
Reconócete para que
puedas recobrar la memoria y ver que te conservas intacto en la Fuente.
Este juego en el que
participas se aquietará, cuando experimentes la vida desde la Luz de una
Conciencia Superior.
Todo lo que está en la
Tierra es un juego y puedo llamarlo así, porque ahora me puedes ver en tu
interior.
Hijos Míos, decídanse a
dejar de leer sus vidas en un libro de
imágenes ficticio y vengan Conmigo a
la Unidad.
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