jueves, 11 de diciembre de 2014

Corazón de Oro

Heavenletter # 5124 Publicada el 05 de diciembre 2014



Dios dijo:



Siempre me puedes encontrar aquí, porque en lo profundo de tu corazón de oro estoy Yo.
Querido, en tu corazón me mantengo.

Siempre estoy aquí, latiendo dentro de tu corazón.

Siempre me puedes encontrar aquí, porque en lo profundo de tu corazón de oro estoy Yo.

Yo no estoy aislado en la cima de una montaña, donde Yo estoy estás tú.

Podemos decirlo de otra manera, donde quiera que estés, Yo también estoy.

Da igual cómo lo digamos, no existimos el Uno sin el Otro.

No existe el llamado Otro, no hay nada que se interponga entre nosotros, por encima o por debajo del umbral de Nuestro Corazón.

Nuestro Corazón late, 

¿Es el tuyo o el Mío? 
¿Quién puede decirlo?

Amados, esto es algo que nunca se podrá averiguar, porque ningún corazón late separado del Mío, entre nosotros no existen las distancias, ni las separaciones.




Corazón de Dios



Cariño, la distancia y la separación implica que estás sin Dios.

Para Mí significa que estoy sin ti, algo que es imposible.

Aunque sea imposible, en el mundo la mayoría lo percibe de este modo, se perciben a sí mismos completamente solos.

Sin embargo, Yo no estoy escondido y, en Mi Corazón, nunca estás perdido.

Entonces, ¿por qué es este alboroto?

Yo, Dios, nunca estoy lejos de ti y tú no puedes estar lejos de Mí, excepto en tu conciencia. 

Si ese es tu caso, trata de obtener una nueva Conciencia.

Te miro a los ojos y veo Mi propio reflejo.

Busca mirarte en Mis Ojos, para que puedas ver el reflejo de tu Ser.

No necesitas mirar más, esto es todo, descubrirás que no estás solo, que no hay separación.

Todo esto es un mito que te perpetúa en mi búsqueda, siendo que Yo ya estoy en tu corazón.

No busque más, que Yo Soy tu Ser más íntimo, nunca me fui de tu corazón, ni tú del Mío.

Hijos Míos, que no les importe lo que el mundo diga de Uds. o sobre Mí, Yo Soy lo que Soy y Uds. también.





Yo Soy Dios



Cariño, no hay manera que se cambie tu Verdad, Yo Soy Dios en ti.

Puedes hacer una canción, un baile o estar vistiendo el traje de un bribón, aún así entre Nosotros no habrá ninguna diferencia, en absoluto.

Nada, ni nadie puede proclamar lo contrario, en absoluto.

Por más que hagas o hagan declaraciones sobre Nuestras Identidades, no pueden afectarlas.

Nuestra Filiación es impenetrable, sin importar que hayas creído, adherido y ahora sostengas que estamos separados.

Dios es Uno y tú también eres Uno Conmigo.

Nadie está fuera de Mí o fuera de Mi Amor.

No importa si obedeces o no a este Precepto, lo creas o no, Mi amor está contigo y te abraza.

Por más que no hayas llegado a recoger todas las bendiciones de Mi Amor en ti, algunas pueden estar esperándote y lo seguirán haciendo.

Algún día, cuando seas más consciente sobre Nuestra Unidad, los recogerás y abrirás.

Si estuviste deseando una bendición concreta, incluso si has exclamado a viva voz por ella, ten presente que todo el tiempo estuvo justo allí, esperando que la veas y abras.

Amados, abran sus corazones, que Yo estoy aquí, justo donde siempre me quisieron tener.




Corazón de Oro



Querido, Yo nunca he estado en ningún otro sitio que no sea tu corazón.

Entiendo que te hayas sentido triste, créeme, lo comprendo muy bien.

Negaste Mi Presencia, pensabas que estabas sin Dios, que Yo te había abandonado o maltratado.

Pensaste que Yo no te entendía, porque no me presentaba ante ti de la forma que querías.

Terminaste concluyendo que Yo puedo haber existido para los demás, pero no para ti.

Te autoconvenciste en lo que no era cierto.

Creíste en tu propia propaganda y me proclamaste como un Dios ausente.

Te declaraste a ti mismo que no era posible que existiera y que la Verdad era inexistente.

Corazón, ahora detén este ejercicio, ponle fin a tus bravatas, que ya es suficiente.

Haz una pausa, rebobina, escucha esta cinta de nuevo, deja entrar Mi Luz en tus ojos y su corazón.

Yo estoy aquí, donde siempre estuve.

Sí, estoy aquí, en tu corazón, nunca me fui a ningún otro sitio.

Aumentaré los abrazos y el calor de Mi Amor para que te des cuenta que aquí estoy.

Hijos Míos, mírenme, escuchen Mi Llamado, reconozcan en sus Corazones de Oro, que Mi Ser y el de Uds. son lo mismo.

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