" Valor de la Generosidad - CAMINO A LA GRACIA DE DIOS

viernes, 10 de octubre de 2014

Valor de la Generosidad

Heavenletter # 5062 Publicada el 04 de octubre 2014



Dios dijo:



Querido, serías feliz todos los días de tu vida si supieras lo hermoso que eres.
Querido, serías feliz todos los días de tu vida si supieras lo hermoso que eres.

Cualquier insatisfacción que tienes en la vida, está basada en la valoración que haces de ti mismo.

Cuando algunas de las cosas que ocurren a tu alrededor te irritan, debes saber que te enojas contigo mismo.

No busques fuera de ti las causas, culpando a la vida o los demás, tal como te gusta creer.

Eres rápido para saltar sobre alguien o algo más, inculpándolos como la raíz de tu cólera, especialmente cuando te recuerdan tus propios sentimientos de insuficiencia.

No hay duda que siempre en el mundo relativo, alguien u algo surgirá en un mal o buen momento.

Según sea el tipo de ocasión podrá ofenderte o halagarte.

Sin embargo, no necesitas ser tan duro contigo mismo.

Amados, ¿por qué se toman tan en serio la vida? No necesitan hacerlo, en absoluto.




Baja autoestima



Querido, tienes una imagen debilitada y herida de ti mismo.

Por eso es que cuando alguien comete un error, esa equivocación equivale a derramar sal en tu herida.

Cuando reaccionas con enojo hacia los demás, estás diciendote:

“No me recuerden mi fragilidad humana nunca más, ni siquiera una vez más”.

Aquí está la razón por la que el enojo arremete sobre ti, porque no toleras tu incapacidad para ser perfecto.

No puedes tolerar tus propios errores, por lo tanto, tampoco lo haces con los ajenos, cayendo en una intolerancia permanente hacia las equivocaciones de cualquiera.

Cuanto más deseas la perfección, tus reacciones serán automáticas cuando alguien, desde cualquier dimensión, te recuerde tu imperfección.

Cuanto más imperfecto te percibes a ti mismo, más enojado estarás con los demás.

Amados, le tomaron el gusto a la creencia que son los demás quienes les causan dolor, cuando en realidad son Uds. quienes se lesionan, porque se mantienen con una baja autoestima permanente.




Autocondena



Querido, en ocasiones, parecería que los demás son como la banderilla roja que se sacude a un toro para que acometa.

Cuando alguien no es como te gustaría que sea, el ego te impulsa a querer sacudir a quien tienes enfrente.

Una voz interior enfurecida, te dicta que esa persona frente a ti, es un tirano que te juzga y condena sin fundamentos.

La ofuscación que experimentas, te hace sentir algo cómo que la otra persona penetra en tu mente para conocer tus errores y sentenciarte.

Sientes que su presencia contribuye a llamar tu atención sobre ti mismo.

En cierta medida escoges un chivo expiatorio y luego lo trasladas a todo el mundo.

Amados, cuanto más se juzgan a sí mismos, más culpables se encontrarán.




Suplica a Dios



Querido, luego te diriges a Mí, en términos parecidos a los siguientes:

“Dios, me dirijo a ti una vez más, para pedirte que me liberes del auto-enjuiciamiento. 

Me contestas que tanto a mí, como a todos tus demás hijos, nos amas profundamente. 

Que Tú me ves desde una perspectiva superior a como me observo a mí mismo. 

Aun así, pese a lo que me dices, esto parece no surtir efecto en mí. 

Continúo anteponiendo a otros para crear una cortina de humo y no verme tal cual soy. 

En toda esta confusión, cuando la neblina se despeja, veo que soy intolerante. 

Ahora me dices que si pudiera romper esta barrera que me bloquea, podría conocer la Felicidad para siempre. 

¡Oh Dios! Pese a mi desorden interior estoy dispuesto a hacerlo, pero me parece que no podré lograrlo solo. 

Toma mi mano y guíame, líbrame por favor de mi propio disgusto para conmigo mismo. 

Ayúdame a borrar esta imagen perpetua de insuficiencia de mi Ser. 

Dios, necesito sacarla para poder encauzarme en el Amor”.

Amados, se que todos desean hacer esto.




Valor de la Generosidad



Querido, con seguridad te gustaría completar tu oración de la siguiente manera:

“Dios, llévame a las verdes praderas. 
Esta sería la recompensa de un rey, me permitiría estar en Unidad Contigo. 

Yo te otorgo toda mi vida en la Tierra, para ser libre de lo que inevitablemente me detiene en ella. 

Quiero aceptación para mi vida en el mundo, sin ningún desprecio a mí mismo y los demás. 

Por favor Dios, sustituye mi insatisfacción por tolerancia y beneplácito. 

La insatisfacción me desmerece, anhelo la aceptación de mí mismo y por reflejo la de los demás, es lo único que vale para mí”.

Corazón, conozco tus tribulaciones, para que te sirva Mí Ayuda pregúntate a ti mismo:


“¿El acceso a la Iluminación es la aceptación de mí mismo? 

¿De qué manera beneficio al mundo con mis aportes, si aumento la opinión e imagen de mi mismo? 

¿Mi animosidad hacia los demás, es un perjuicio para el mundo? 

¿Cómo beneficio a los demás si corto con lo que me encadena? 

¿La Iluminación significa que debo dejar de censurarme y sentenciar a los demás, para ser una bendición? 

¿Significa que si Yo Soy, todos en el mundo lo serán también? 

¿Dios, esta es la forma que debo orientar a mi Ser?”

Cariño, efectivamente debes empezar a buscar en tu interior los errores, para que dejes de exteriorizarlos.

Amados, saquen la viga de sus ojos, depúrense a sí mismos, aprendan el “valor de la Generosidad”.


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