Heavenletter # 5064 Publicada el 06 de octubre 2014
Dios dijo:
Querido, me pides Felicidad
y pese a Mi deseo para que seas feliz, no siempre la reconoces cuando está
frente a ti.
Sí, por supuesto, la Felicidad
es relativa, lo que te hace feliz ahora puede dejar de serlo para la próxima
semana.
También, lo que te sirve
a ti, puede no hacerlo con otra persona.
Para alguien, un trozo
de pan puede hacerlo feliz, mientras que tú puedes no disfrutarlo e incluso,
puedes quitarle la corteza sin mirar atrás.
Lo que necesitas, como
paso previo a la Felicidad, es una visión más grande y clara de ti mismo.
No te estoy hablando de
un ejercicio intelectual, sino de un cambio de óptica para que observes de más
cerca a la Felicidad, así captes el cómo y entiendas lo que ves.
Amados, este ejercicio
es para que se observen a sí mismos y entiendan su propio punto de vista.
Percepción de la Felicidad
Querido, observa el
ángulo que usas para ver la Felicidad, lo haces con una sonrisa, el ceño
fruncido o desde las lágrimas.
Etiquetas a la Felicidad
de acuerdo a cómo la ves, oyes, olfateas, palpas y denominas suerte, ya que la
percibes según el giro que le des a lo que ves.
En cierto sentido, la Felicidad
queda determinada por la cuota de buena suerte y por tu participación para
descubrirla.
Corazón, sólo tú puedes abrazar
la Felicidad, no exactamente como un abrigo que te pones, sino como algo que te
recubre.
A ti te corresponde
recoger la Felicidad y reclamarla como tuya, al mismo tiempo que la exiges.
En ocasiones la equiparas
con el placer y con displicencia piensas que vendrá a ti con sólo chasquear los
dedos.
Sin embargo, al mismo
tiempo, la Felicidad ingresará espontáneamente si te preparas para recibirla.
En cierto modo, digamos
que vendrá a ti de forma natural, si captas la magia que la rodea.
Amados, tienen que notar
la presencia de la Felicidad, que fluye sin artificiosidades y no es algo que lleven
con una correa.
Estados de ánimo
Querido, cuando la
Felicidad se pone en movimiento, viene a ti naturalmente y muchas veces lo hace
en bandeja de plata.
No hay ningún artilugio
en ella, siempre está presente en el aquí y ahora, y es tuya.
Cuando la reconoces le
das la bienvenida y te asumes en ella como la culminación de un deseo.
Podríamos decir que
cuando percibes a la Felicidad, es porque alcanzaste un objetivo.
Sin embargo lograrás
hacerlo, si hay claridad en tu corazón, si está nublado no te resultará fácil
acceder a esta meta.
A veces tienes tanta
ansiedad por conseguirla, que no la ves frente a ti, entonces puede requerir que
te olvides por un momento, para poder captarla.
Corazón, no necesitas etiquetarla
para poder recibirla, entiéndeme, tú tienes mucho que ver con la recepción de
la Felicidad.
No se trata de hablarte
a ti mismo con un lenguaje feliz, sino más bien que te dejes guiar por ella.
Amados, en la Tierra, no
necesitan sentarse a esperar que la Felicidad venga desde el Cielo, son sus
estados de ánimos quienes los orientan hacia ella.
Reconocer la Felicidad
Querido, es cierto que a
veces la Felicidad llega sorpresivamente y recoges tu parte, según la lente que
uses para captarla.
La Felicidad es un
estado latente que está esperando por ti, sin embargo, eres tú quien tienes que
reconocerla y acogerla.
Vendrá a ti en muchas
formas y tamaños, la Felicidad que viene a ti está conformada por los ingredientes
con que la dotaste.
Los componentes que la
integran no están sujetos a eventos externos que decreten su forma, porque lo
que hace feliz a otros, a ti puede entristecerte.
Si te atienes a las
percepciones ajenas y no viene cuando la llamas, puedes pensar que es difícil
de alcanzar.
Esto no significa que
sea terca, sino que tú eres obstinado en términos de lograr Felicidad.
En ciertas ocasiones
estás esperando algo especial, pero recibes lo opuesto o algo parecido,
entonces lo desechas porque no colma tus expectativas.
Amados, acojan y den la
bienvenida a lo que les llega, aunque no sea lo que esperaban.
Sentido de la Felicidad
Querido, cuando recibes
con el corazón lo que te llega, sustituyes el sentido de sacrificio o
resignación, por el de agradecimiento.
Conviértete en un
Invocador de la Felicidad, llevándola contigo.
Transita tu Sendero con
Alegría, realiza con entusiasmo todo lo que haces.
No necesitas de tantos
ponderamientos, sino más bien de júbilo.
Cariño, no pienses
tanto, no necesitas conocer de antemano lo que te hará feliz, porque igual lo
serás.
La Felicidad es una
Gracia que te la otorgas a ti mismo, decídete por ella y hazla tuya.
Sin embargo no la
arrebates, porque necesita de acuerdo y confianza para poder fluir con
libertad.
En el mientras tanto, debes
ser feliz con los elementos que tienes a tu disposición.
Agradece por todo en el
presente, por estar vivo en este momento tan especial, así puedas reconocer a
la Felicidad en el aquí y ahora.
Amados, perciban el “Sentido de la Felicidad” cuando se les
presente, sin medir su forma y tamaño, Yo Soy la Felicidad y aquí Estoy junto a
Uds.
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