Heavenletter # 5069 Publicada el 11 de octubre 2014
Dios dijo:
Querido, considera a las eventualidades de tu corazón como cambios sin importancia.
Así como las estaciones
cambian, los estados de ánimo también lo hacen.
Sin embargo, pese a que
tus estados de ánimo te definan, no tienen que gobernarte, ni doblegarte,
porque son insignificantes.
Muchas veces se asemejan al viento, aparecen de repente, te sorprenden y ganan tu apoyo.
No los tomes en serio,
van y vienen, por lo que no son confiables, no puedes contar con ellos.
Surgen de acuerdo a como
suceden los acontecimientos, no son tan grandes, ni poderosos como parecen.
Amados, los estados de
ánimo equivalen a caminar por arena movediza, no les permitan que guíen sus
vidas.
Pensamientos y cambios de humor
Querido, no tiene sentido que te inclines ante tus estados de ánimo.
Los estados de ánimo son
iguales a niños pequeños, no deben servirte de orientación, porque con
seguridad te apartarán del camino.
No son fiables, porque
su misma naturaleza no es confiable.
Cuando descienden sobre
ti, puedes sentirlos tanto emocional, como físicamente.
Sin embargo, provienen
de tus pensamientos que les indican que deben influir en tus cambios de humor.
No necesitan actuar a la
vanguardia de tu vida, ponlos a la retaguardia e impídeles regresar por
completo.
No les guardes ninguna
lealtad, púrgalos, no son realmente una parte de ti.
Son más bien como especuladores
vagabundos que buscan una autopista donde anclarse.
No es necesario que
cooperes con ellos, son camaleones que no deben invadir tus palabras.
Amados, los estados de
ánimo en sus vidas, son eventos resbaladizos y esquivos.
Amor, Iluminación y Armonía
Querido, incluso un buen
estado de ánimo no es fiable.
Para sentirte bien
contigo mismo y el mundo, necesitas de firmeza y constancia, porque los estados
de ánimo se esfuman.
Sin embargo, la ecuanimidad
y la serenidad te llevarán más lejos que un momento de excitación.
La agitación es como el
aire, funciona un breve instante y, tarde o temprano, te desinfla y te deja
colgado.
Simplemente no puedes someter
tu vida al capricho de estados de ánimo efímeros.
Tú tienes en el corazón
un fundamento esencial para mantenerte erguido y es el Amor.
Esta es la Iluminación y
la Armonía mientras transitas por la vida.
El Amor, la Iluminación
y la Armonía no son estados de ánimo.
No son efervescentes, ni
hacen templar el suelo bajo tus pies, conforman la base que pisas y te sostiene.
Amados, ábranle paso al
Amor, para que destierren la fugacidad de sus estados de ánimo que los mal
predisponen en el corazón.
Estados de ánimo
Querido, no les des
albergue, renuncia a tus estados de ánimo, para que les quietes el poder de
angustiarte durante más tiempo.
Cierra la puerta sin
indecisión, deja de darles la oportunidad de presentarse sin previo aviso.
Rompe el contrato que
los aloja con deferencia y les reserva una estancia prolongada en tu vida.
Aunque parezca que se
quedarán para siempre, no los dejes vagar por tus pensamientos, para que cortes
la permanencia e influencia del ego.
Tal vez pienses cómo
será experimentar la vida sin la explosión de tus estados de ánimo.
Será más fácil y ágil,
sin desvíos, estancamientos, ni huéspedes indeseables, que te agiten y
convulsionen interiormente.
Tomarás las riendas de
tu vida, serás libre de tomar un partido decisivo en tu camino.
Tu vida te pertenece a
ti, es tu responsabilidad.
Tu vida no es propiedad de tus estados de ánimo y sus manifestaciones
de malhumor, ansiedad, melancolía y más.
Antes de robustecer los
estados de ánimo, otorgándoles una relevancia innecesaria a sus cambios, busca
el equilibrio y la estabilidad para tu propia vida en tu corazón.
Amados, sus vidas les
pertenecen, asuman la responsabilidad de ellas ahora, así no las culpen de los cambios
de sus estados de ánimo o de cualquier otro evento que les ocurra.
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