Heavenletter # 5047 Publicada el 19 de septiembre 2014
Dios dijo:
Querido, ciertamente
puedes sentir que la vida se autoimpone.
Incluso, puedes llegar a
pensar que nadie en la Tierra, alguna vez, elija algo de lo que la vida trae.
Sin embargo, hay un
aspecto en ti y tus hermanos que si han elegido.
Esto es difícil, si no
imposible, que puedas comprenderlo.
Amados, por supuesto que
Uds. no lo volverían a elegir conscientemente, sin embargo, en algún momento y
de alguna manera, la han invitado y pidieron que venga.
Procesos inconclusos
Querido, Yo no digo que
la invitaste conscientemente, aunque ciertamente parece temerario e imprudente,
cuando llega esta invitada.
Si el huésped se
identifica como una enfermedad, recelas con reparo en ella.
De alguna manera, la
elegiste, aunque te puede sorprender con su llegada.
Inclusive, en ocasiones,
también hay cierta satisfacción en su arribo.
Dirás que nadie se siente
feliz con la enfermedad, pero satisface algo interior en quien la padece.
Seguirás insistiendo que
no es así, pero todos creen con firme convicción en ella.
Se asemeja a una acción
involuntaria, que a nivel consciente nunca podrías efectuarla, en absoluto.
Sin embargo en algún
momento, a nivel inconsciente, te suscribiste con el pedido de la enfermedad, a
modo de complemento o culminación de algún proceso inconcluso.
Cariño, esto es lo que
llamas destino y tú enciendes el motor de esta eventualidad.
Amados, el destino es un
pedido opcional que atraen de una zona muy lejana, desconocida e inexplorada,
más cuando esta elección les llega en el presente y les reclama su atención.
Deshacer las elecciones
Querido, así como eres
capaz de llamar a las enfermedades, también dispones de la habilidad para
eliminar la basura.
Puedes cambiar de
opinión, puedes deshacer tus elecciones.
A todas las cosas bellas
que llegan a tu vida, también las atraes tú.
¿Por qué no escribes un guión diferente para tu vida, dónde le digas adiós a la negatividad?
Ten presente que cuando
la enfermedad se presenta es porque activaste ciertos códigos, que le gritaron
o susurraron algo como lo siguiente:
“Ven a mí, ven aquí, te estoy convocando, tráeme lo que te pido, estás a mi servicio, haz mi voluntad.
Desde hace mucho tiempo, deseo que vengas a reunirte aquí y ahora en la Tierra.
Yo no me olvide de nuestra cita, tampoco lo hagas tú, tenemos una especie de pacto, eres la culminación, entonces hazlo.
Quedamos en encontrarnos, sellamos el trato con un apretón de manos, demoraste, pero por fin estás aquí”.
Amados, los prestadores
de servicios, asistentes y demás, también pueden ser despedidos, un contrato
puede romperse.
Eliminar negatividad
Querido, seas un hombre
rico o pobre, alegre o triste, a todos los eventos los eliges tú.
Podríamos decir que, aunque
no te guste, el dolor te hace feliz.
Imposible dirás, sin
embargo ahora ¿no tienes un hilo de
sospecha respecto a la Verdad de esto?
Nadie es una víctima, lo
que te pueda parecer como un mal escenario, lo has elegido tú mismo.
Aquí una de las razones
por la cual no puedes quejarte de ti mismo.
Si elaboras en tu mente,
con la ayuda del ego, el caldo de cultivo para tus pesares, es lo que recibirás.
No quieres tomártelo, pero
en lugar de rechazarlo, te quejas y le mantienes la temperatura.
Cortésmente podrías
reemplazar este cocimiento sin tener que agenciártelo, beberlo, nutrirlo, ni
entibiarlo con más pensamientos negativos.
Si por hábito ordenaste
inconscientemente esta pócima, no estás obligado a envenenar más tu
subconsciente.
Amados, a quién están obligados
es a su Ser Superior, esa parte suya
que se conserva Pura Junto a Mí y que los asiste en todas sus vidas en la Tierra.
El interior de la vida
Querido, ahora hazte una
nueva promesa, desatar los lazos con los que te atas a ti mismo.
Tales contratos que has
hecho contigo mismo, no tienes porque mantenerlos.
Tampoco tienes que
seguir jugando con las cartas que te repartieron.
Está perfectamente bien que
te digas a ti mismo: “no va más, el juego
ha terminado”.
Cariño, no va a faltar
oportunidad si quieres volver a barajar las cartas, para jugar de nuevo en otro
momento, pero con una nueva mano elegida por ti.
Incluso si tienes los
ojos vendados, elige entre las cartas repartidas guiándote por tu parecer
interior, la intuición.
Tú eres el único
mezclador y distribuidor de la baraja, siempre eliges la mano que vas a jugar.
Tú no eres un mirón u
observador involuntario en una partida de otros.
Esta es la forma que
debes tomar la responsabilidad para desenvolverte en tu propia vida.
Tú eres el único que
organizas tu vida, entonces puedes reorganizarla.
Amados, Uds. son
decoradores exclusivos “del interior de sus vidas”, así luego puedan embellecer
el mundo.
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