jueves, 3 de abril de 2014

Todo viene desde dentro de ti

Heavenletter # 4872 Publicada el: 28 de marzo 2014



La desesperación no para de seguirte y no puedes obviarla encogiéndote de hombros.

Dios dijo:



La desesperación no para de seguirte y no puedes obviarla encogiéndote de hombros.

Puedes sentir que no hay nada por hacer, cuando la oscuridad del alma te supera, sin embargo, no tienes que aliarte con la oscuridad.

Sé feliz igualmente, el mundo no se acaba, equivale a un tropezón y su caída.

Ahí es cuando te levantas, sacudes todo lo que se adhirió a tu ropa y luego te reencaminas hacia adelante.

Esto es lo que debes hacer en la vida, elige por ti mismo continuar caminando.





Cicatrizar las heridas mentales



No exprimas cada gota de la angustia que te dispara una caída.

Ya está hecho, permite que se acabe, ¡levántate!

Vamos a decir que, cuando te caes literalmente en el barro, no es necesario que te quedes ahí, revolcándote.

Cuando te levantes, límpiate el barro, raspalo, toma una ducha y cámbiate de ropa.

Si en la caída te lastimaste las rodillas, los cortes se curarán.

Sin embargo, si no sacas el lodo, los raspones y sus simples rasguños, se transforman y convertirán en cicatrices.

Las cicatrices demuestran curación, no les saques fotos, ni las pongas en tu álbum mental.

Avanza a través las páginas, siempre hacia adelante, no hacia atrás.

Amados, ahora les diré algo, si bien es cierto que caen en desgracia, ¿por qué no se permiten sentir la gracia que les estoy enviando?





Sensación de pérdida



La consternación, heridas o sensación de pérdida, en realidad no vienen por un evento externo, está en ti todo el tiempo, está siempre esperando para avanzar sobre ti.

Tú estás preparado para ello, a pesar que no lo quieras.

Las emociones que surgen vienen de ti y no de un acontecimiento exterior.

Enciendes una cerilla que se convierte en fuego.

Eres como el fósforo que se ilumina a sí mismo y, al menos que contenga azufre por dentro, el fuego no te quemará.

Bien, ahora llegamos al punto que todo está dentro de ti.

De todo, lo que más te cuesta creer, es que el amor está dentro de ti.

El amor está siempre dentro de ti, tal vez alguna circunstancia externa pueda evidenciarlo y hacerlo surgir desde dentro de ti.

Lo mismo es con las emociones que prefieres no tener y que, sin embargo, experimentas.




Impaciencia interior



Entiendes que no puedes apartar a las emociones, porque un sentido de impaciencia te emana desde el interior y no desde la supuesta causa.

Si la impaciencia se gestara fuera de ti, no se manifestaría.

Cuando un sentimiento de pérdida surge, es porque algo llamó a su puerta y quién atiende el llamado es un dolor latente.

El dolor te sumerge en el duelo, aprendes de él, asimilas que es apropiado.

Quizás sea innato, de todas formas es tuyo, te pertenece.


  • ¿Cómo eliminar la lucha entre el conflicto y el dolor?


  • ¿Cómo ignorarlos, sin que te den un merecido?


  • ¿Cómo no mantenerlo vivo, si el dolor no para de endurecer el corazón?





Elegir el amor



Por supuesto, lo mejor que puedes hacer es levantarte y recorrer con felicidad tu camino.

No tienes que perpetuar el dolor dentro de ti.

Cuando se trate de amar, elige el amor, porque el amor es absolutamente constructivo.

El amor viene de adentro, está presente siempre en tu interior, entonces tráelo al frente.

Todo lo demás, lo que perturbe tu sueño y la paz de tu mente, es como una camioneta que circula por una autopista.

Tú no tienes que circular por la autopista en un viaje gratis y si subiste, bájate y despídela.




Dejar ir la negatividad



No es necesario retener, deja ir lo que no deseas.


¿Por qué conservar algo que no quieres?


Cualquiera sea la negatividad que te asalte, atraviésala, sal de ella.


Dirige tu mente en una dirección diferente y cosecha alegría.



¿Por qué desaprovechar la alegría?



¿Por qué cosechar infortunios y dolor, en vez de alegría?

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