Buscando un significado
más afín con los tiempos que vivimos, la Luna Roja es el “Yo Consciente”, quién eres y en que te estás convirtiendo.
La Luna Roja es la
semilla cósmica de la conciencia despierta.
Hay que absorberla como se
consume una fruta, dejándola florecer dentro del Ser.
El Ser Individual está
en la búsqueda del autorecuerdo, de la Semilla de Dios.
Si se trabaja con la
energía de la Luna Roja, con una conciencia clara y atenta, un despertar
natural de la memoria florecerá dentro del Ser.
Recordar significa tener
acceso directo a una mayor presencia y a una percepción intrínseca de la Unidad.
El recuerdo es el
reconocimiento y conexión con un patrón mayor.
Esto se ve facilitado,
con frecuencia, a través de los sueños, el arte, la música, los colores y las
actividades creativas.
Meditar con la atención
enfocada en la Luna Roja permite recibir ayuda con el autorecuerdo.
La Luna Roja es también
una estación faro o de transmisión.
A medida que se abre el
autorecuerdo, el Ser se convierte en un faro receptor de la conciencia cósmica.
Esta comunicación crea
la apertura gradual del tercer ojo, el monolito dentro del Ser Individual.
Cuando este ojo se abre,
la comunicación se vuelve más refinada, permite un mayor entendimiento y percepción
de más signos y señales que están viniendo hacia cada Ser Individual.
Crecimiento y evolución
Todas estas señales son
para un mayor crecimiento y evolución.
Este sistema de
retroalimentación puede posibilitar la obtención de una mejor perspectiva sobre
el viaje de regreso a la Fuente.
El número para Luna Roja
es el 9, que simboliza la reiteración de los grandes ciclos.
Un ejemplo de tal
recurrencia es el retorno de los “Maestros
de Maestros” para ayudar al despertar de los seres humanos en la Tierra, el
“9” es el número de “Quetzalcóatl, Buda y Cristo”.
La Luna Roja es el símbolo de los grandes Maestros que vinieron a traer la Sabiduría Universal a
la humanidad, encarnando con un estado despierto de conciencia accesible a
todos.
Tales Maestros sirven de
conexión con la Divinidad y mantienen la promesa del autodominio completo.
Este momento especial,
es para quitarse el velo del olvido y convertirse en un “faro de la conciencia despierta”.
A medida que se abra el
autorecuerdo, se posibilitará la libre recepción de la guía divina.
Esta es una iniciación para
despertar a través del cuerpo y los sentidos, en lugar de hacer negación de
ellos.
La Serpiente roja
Los mayas comprendieron
que “el camino hacia las estrellas es a
través de los sentidos”.
Dentro del cuerpo se
mantienen las claves para despertar plenamente nuestra conciencia.
Esta comprensión muy
profunda se expresa en las prácticas tántricas, donde la espiritualidad y la
sexualidad se integran y honran como un medio para la iluminación.
La Serpiente Roja
representa la integración de la mente, cuerpo y espíritu.
Se debe utilizar el
cuerpo como una herramienta para la transformación.
Es necesario aprender a:
- Usar la pasión y los sentidos como medio de acceso y alineación con la conciencia superior.
- Para seguir la intuición a nivel instintiva, ya que los instintos son los que permiten tomar las decisiones en el momento.
Se debe estar dispuesto
a examinar las cuestiones sobre la intimidad y la sexualidad, asegurándose que
no haya separación en la danza de la pasión que está en unión con la propia
naturaleza divina.
Hay que permitirse
sentir un deseo muy profundo en la unión y la intimidad.
La Serpiente Roja hace
un llamamiento para despertar la vitalidad, la sabiduría del cuerpo y la pasión
por la vida.
La Serpiente Roja está
asociada con las herramientas sagradas del tambor y el sonajero.
Los tambores y las maracas
pueden romper los viejos patrones y traer energía en la alineación.
Se recomienda permanecer
con personas que apoyen a la máxima expresión de cada Ser Individual.
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