viernes, 25 de abril de 2014

El mundo es el campo en el que te mueves

Heavenletter # 4894 Publicada el 19 de abril 2014



Tú eres el maestro de tu propia vida.

Dios dijo:


Cuando tu corazón anhele la elevación, te elevarás a ti mismo.

Cuando necesites una mano, tiéndetela a ti mismo así te ayudarás a subir.

Cuando te sientas azul, utiliza un lápiz de color diferente.
Tú no eres una hoja que dependa del viento para moverte.

El viento puede soplar y mecerte, pero tú eres tu propio motor.



Poder individual sobre la vida



Puedes tener responsabilidad sobre otras personas, pero sólo hasta cierto punto.

Respecto a ti y a todo lo que te incumbe, ten en cuenta que toda la responsabilidad es sólo tuya.

Ciertamente, la vida requiere de paciencia y cuando algunas cosas no salen tal como quieres, no es necesario que pongas un pie sobre todo el mundo para que te obedezcan.

En otro orden de cosas, tú eres la mano que empuña tu propia vida.

Sólo tú tienes poder sobre tu vida.

En tu propia vida, de ninguna manera eres un peón.

En tu propia vida, no estás destinado a estar totalmente adherido al juego de la espera.

Levántate y muévete.



Control directo



Tal vez creas que estás a merced de la vida.

Esto es porque no percibes que hay muchas cosas que no están bajo tu control directo.

Sin embargo, la vida misma te pide tu opinión.

Cuando la vida te sacude, parece que te golpea hacia abajo o arriba, todo es para que puedas surgir.

Tú eres el maestro de tu propia vida.

Si tienes una caja de crujientes galletitas, pues abre la caja.

No tienes que esperar a alguien más, para abrir algo que es para ti.

Tú eres la fuerza centrífuga de tu propia vida.



Autoabastecimiento vital



Te di el hálito, sin embargo, ahora y por el momento, debes respirar por tu cuenta, por así decirlo.

En cualquier caso, tú debes ejecutar tus propios movimientos.

Cuando te sientas perturbado, es porque estás molesto contigo mismo.

Cuando está desorientado, estás confundido contigo mismo.

Te doy un buen consejo para cuando atravieses estos estados, acuéstate al lado de aguas tranquilas.

Si las aguas de reposo no te apaciguan, no continúes acostado junto a ellas, encuentra otras que te calmen verdaderamente.

La calma o las aguas que buscas, se encuentran dentro de ti.

Queridos, todo depende en gran medida de Uds. mismos.



Sin agresividad ni pasividad 



No estás destinado a ser agresivo, tampoco pasivo.

Siempre hay una coyuntura en la que te encuentras a ti mismo.

Por un momento, consideremos que la vida es como tejer un suéter.

Tú eliges el tipo de hilo y su color y, de acuerdo al espesor, las agujas de tejer.

En tu mente ya graficaste el modelo de suéter que tejerás.

Tú eres el tejedor y para el caso que pierdas un punto, eres tú quien lo perdió.

Ahora, considera que eres tú quien teje tu propia vida.

Puede ser cierto que la luz no sea buena, en ese caso, apágala o muévela hacia donde haya más luminosidad y brillo.

Amados, Uds. pueden tejer en todo momento y lugar, entonces lleven consigo y de forma permanente, su propio tejido.



Esperando milagros



Considera la posibilidad que la vida es como un partido de futbol o béisbol.

Cuando recibes la pelota no la cedes al rival o tampoco la dejas caer a propósito, aunque a veces ocurre.

Sin embargo, pese a que puedo hacer milagros, no debes sentarte a esperar que los milagros te caigan desde el cielo.

Se tu propio obrador de milagros, ya que tú mismo eres un milagro.

De un milagro salen los otros milagros.

Por supuesto, cuando busques milagros, permanece atento para sentir cuando te lleguen, así no pierdas la oportunidad.



Usar el propio fuego



Para preparar la comida enciendes la estufa, para que el calor cocine los alimentos.

Cuando eres tú quien preparas lo que vas a comer, eres el preparador de esos alimentos.

Tú eres quien pensó el menú, incluso si lo haces a último momento, eres el combina los sabores, el tipo de cocción y el acabado final del plato.

Inclusive, aunque comas solo, preparas la mesa, te sirves y culminas limpiando lo que ensuciaste. 

Querido, eres el cocinero de tu propia vida, entonces debes Ser tu chef y tu propio gourmet.

Alimenta tu propio fuego y potencia la gracia en tu vida.



Dios, el gran Hacedor



Muy bien, entonces vas a caminar a la derecha de la vida.

Yo, Dios, soy el gran Hacedor, Yo Soy el último Hacedor.

Eso no significa que debas sentirte al margen o andar por los alrededores.

No tienes que esperar a que Yo haga o deshaga.

La vida se compone de pensamientos y acciones.

La vida en la Tierra es el campo en el que te mueves.

Con esto te estoy diciendo que tú también, eres responsable de tu vida.

Procura que sea buena y enciende el fuego para tu propia vida.

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