" Dejar el arco y la flecha - CAMINO A LA GRACIA DE DIOS

viernes, 16 de mayo de 2014

Dejar el arco y la flecha

Heavenletter # 4915 Publicada el 10 de mayo 2014


No es necesario que te preocupes por acelerar o ralentizar tu evolución.

Dios dijo:


No existe la distancia, ni el tiempo entre nosotros.

Sin embargo, se necesita tiempo para que nos unamos.

¿Piensas que es una cuestión de tomar velocidad, ahora o después?

No es necesario que te preocupes por acelerar o ralentizar tu evolución.

No tienes que mantener los ojos en tu progreso todo el tiempo.

No cuestiones, ni entres en pánico, porque continúas evolucionando.



Conciencia de la Unidad


Cuando hablo de la Conciencia de nuestra Unidad, no significa que tengas que salir presuroso a adquirirla.

Esto no es una emergencia.

Tu conciencia es un estado natural de tu crecimiento.

Ciertamente puedes dedicarte a ello, pero en realidad no es necesario que te presiones, porque la elevación de tu conciencia es inevitable.

¿Piensas que debes correr hacia tu evolución con el reloj en la mano?

¿Piensas que se trata de buscar la seguridad de un refugio antibombas?

La urgencia es una idea, igual que la preocupación y la prevención, todos son conceptos que tienes.



Conciencia de la evolución


En cierto modo, la Conciencia sobre Mí y ti mismo, junto a la Conciencia de la Evolución, son un poco como cuando te levantas por la mañana y vas a trabajar.

Cuanto más te apresuras, más preocupación tienes.

Tal vez no encuentres las llaves y, sin embargo, están en alguna parte.

Corres de izquierda a derecha y te angustias y, a pesar de tu apuro y de ti mismo, igual las encuentras.

Usa tu intuición, para no distraerte buscando las llaves.

Lo mismo ocurre con la Evolución de la Conciencia.

De todos modos están allí, sin que te des cuenta irán hacia ti y tu mano recogerá las llaves de tu Conciencia.



Evolución de la Conciencia


Tu Evolución está intacta, lo mismo que las llaves estaban donde las dejaste.

No hay necesidad que corras, te apresures o te lances a toda prisa hacia tu Evolución.

No te apresures de aquí para allá, porque la Evolución viene hacia ti, lo mismo que tu Conciencia.

Por supuesto, la Conciencia es lo único que falta, por así decirlo, aunque la Conciencia te llegará por sí sola.

Entonces, no es necesario que  la busques en todas partes para encontrarla.



Dejar el arco y la flecha


En la vida del mundo, podríamos decir que existen dos movimientos opuestos: inhalación-exhalación, tensión-relajación, ansiedad-sosiego, ardor-tibieza, trabajo-descanso, esfuerzo-facilidad, hambre-saciedad y así sucesivamente.

No siempre puedes estar inhalando y exhalando o lo que sea que los opuestos te provoquen.

No siempre tienes que estar persiguiendo lo que quieres.

Puedes apurarte todo lo que quieras y, sin embargo, tus deseos igual vienen a ti cuando deben hacerlo.

Lo mismo es con tu Conciencia, que va a venir a ti cuando sea el momento.

Tal vez, de vez en cuando, te parezca lenta o rápida, sin embargo, no necesitas perseguirla obstinadamente para tropezarte con ella.

Amados, no hay urgencia, la Conciencia vendrá a Uds., no necesitan salir a cazarla, pueden dejar de lado sus arcos y flechas.



Despertar a la Verdad


El deseo impaciente por alcanzar la Conciencia se asemeja a la caza de un ciervo o la persecución de una mujer para conseguir su atención.

El Amor sucederá, aunque no siempre bajo tu dirección o control.

Queridos, dejen que la vida sea, Uds. están bien, los abrazo con Mi Amor.

Nunca estuvieron en otro sitio, sólo están soñando un sueño no muy lejos de la Conciencia.

Uds. van a “Despertar a la Verdad” de lo que son, de lo que significan para Mí y para todo lo soñado en el Universo.



Huida y precipitación


Hasta ahora hemos estado hablando de lo que buscas.

Sin embargo, es necesario mencionar también, lo que deseas evitar.

¿De qué estás huyendo?

¿De la satisfacción que encontrarás al reconocerte?

Realmente no te puedes escapar de la Verdad, más de lo que puedas precipitarte hacia ella.

No puedes perseguir o huir de la vida, no temas, tú ya estás en la vida.

No puedes escapar de la vida, no la puedes cargar sobre los hombros.

Hijos Míos, comprométanse con la vida, guíenla, engánchense con ella, sin precipitaciones, ni huidas.

Amados, la vida no se esconde de Uds., siempre les da la bienvenida.

Entonces, no es necesario que azoten sus vidas como hacen con un caballo para que los obedezca.

No se oculten de la vida, salúdenla, ¡Vívanla!


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